Una de las afecciones más frecuentes en menores entre los 3 y 10 años de edad es la pediculosis (piojos) y estos parásitos se alimentan de sangre, provocando incluso amplias laceraciones en el cuero cabelludo.
También son causa de otras condiciones secundarias como impétigo, la cual es una infección de la piel muy contagiosa que afecta principalmente a bebés y niños.
Guadalupe Ortiz, especialista en dermatología pediátrica, señaló que el periodo de vida de los piojos es de aproximadamente 30 días, y las hembras pueden poner hasta 10 huevecillos (liendres) por día.
Durante las vacaciones es común compartir artículos de uso personal o las clásicas trenzas en la playa, lo cual puede favorecer el contagio de estos insectos.
La experta resaltó la importancia de detectar oportunamente la presencia de los ftirápteros y acudir al dermatólogo ante cualquier cambio o molestia, para que se recomiende el mejor tratamiento de uso tópico e incluso vía oral.
Las señales de que puede haber pediculosis es comezón excesiva en la cabeza, picazón, sensación de cosquilleo, llagas en el cuero cabelludo por rascarse y dificultad para dormir, porque los piojos son más activos en la oscuridad.