Estados Unidos estaría equivocado si da por descontado el lugar del dólar como la moneda predominante de reserva del mundo. Viendo hacia adelante, cada vez más habrá otras opciones al dólar", señaló.
Zoellick, quien participará el 6 y 7 de octubre en la reunión del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Turquía, formuló las declaraciones en un discurso en la Escuela de Estudios Internacionales Paul Nitze de la Universidad Johns Hopkins en Washington.
"Dada la actuación reciente del BCE (Banco Central Europeo), hay muchas razones para creer que podría crecer la aceptabilidad del euro", señaló.
Indicó que la influencia del euro dependerá en parte de la competitividad futura de los países de Unión Europea, así como de la "profundidad y liquidez de sus mercados financieros.
También se tomarán en cuenta perspectivas demográficas y de crecimiento, "pero la financiación del euro ofrece una alternativa respetable si el dólar es débil", subrayó.
Manifestó que China, por su parte, está avanzando hacia la internacionalización gradual de su moneda al facilitar a los socios comerciales hacer negocios con el renminbi -la divisa del país asiático, cuya unidad principal es el yuan-, por ejemplo mediante el canje de monedas.
Zoellick dijo que ese cambio se verá por primera vez en las inversiones, luego de que China emitiera bonos soberanos en yuanes para inversionistas en el extranjero.
Señaló que China también anunció recientemente que compañías extranjeras podrán poner sus acciones en ese país, lo cual convertirá a Shanghai en un centro financiero internacional.
"Los mercados financieros y bancarios probablemente continuarán estando sujetos a varias herramientas de intervención y control", dijo Zoellick, pero afirmó que en los próximos 10 a 20 años, "el renminbi evolucionará como una fuerza en los mercados financieros".
Los países y mercados también pueden experimentar el financiamiento con los denominados Derechos Especiales de Giro (DEG), que refleja el portafolio de las principales monedas, anotó Zoellick sobre el activo de reserva internacional del FMI.
"El dólar es y se mantendrá como la moneda principal", sostuvo Zoellick, pero se preguntó si Estados Unidos podrá resolver sus problemas sin recurrir a la inflación y establecer una disciplina sobre gastos y su déficit presupuestario.
También preguntó si Estados Unidos Estados está impulsando la innovación, la liquidez y los ingresos en el sector financiero sin producir el mismo riesgo de grandes burbujas y los problemas institucionales.
Zoellick indicó, por otro lado, que el acuerdo para que el Grupo de los 20 (G-20) se convierta en el principal foro económico internacional "es un buen comienzo, pero requerirá un nuevo nivel de cooperación y coordinación internacional".
El presidente del BM dijo que es necesario un sistema económico internacional que refleje una nueva multipolaridad mediante la integración de las potencias económicas emergentes que reconozcan que millones de pobres enfrentan numerosos desafíos para su desarrollo.
Consideró que el G-20 debe operar como un "grupo timón", sin ser jerárquico ni burocrático, y abordar asuntos con otros grupos negociadores, gobiernos internacionales o instituciones globales y regionales.
Por otra parte, Zoellick dijo que en Estados Unidos será difícil dar más autoridad a tecnócratas de la Reserva Federal, pero que el Departamento del Tesoro, como un órgano ejecutivo y sujeto a supervisión del Congreso, necesita mayor autoridad para unificar a diversos reguladores.