Estados Unidos, en aprietos fiscales tras una década con dos guerras lejanas, anunció hoy que reducirá el número de sus tropas, reorientará su estrategia global mirando al Pacífico y se dedicará al ordenamiento de sus cuentas y el fortalecimiento de su economía.
"Tenemos que renovar nuestra fortaleza económica que es el sustento de nuestra fuerza en el mundo", declaró el presidente Barack Obama en una comparecencia muy poco frecuente en la sala de prensa del Pentágono.
Obama dijo que, desde los ataques terroristas contra Estados Unidos en septiembre de 2001 "el presupuesto militar ha crecido rápidamente y es hoy mayor que al final del gobierno de (su predecesor) el presidente George W. Bush".
Anticipándose a los críticos, dejó claro, no obstante, que la nueva estrategia y el nuevo presupuesto garantizarán la supremacía mundial de las fuerzas estadounidenses.
Aún con todos los recortes de gastos previstos para la próxima década, el presupuesto militar de Estados Unidos seguirá siendo mayor que la suma de las diez naciones que le siguen por el monto de sus gastos militares.
En la misma conferencia de prensa el jefe del Pentágono, Leon Panetta, sostuvo que Estados Unidos mantendrá su capacidad para "combatir y derrotar a más de un enemigo al mismo tiempo".
"La presencia militar de Estados Unidos en Europa se adaptará y evolucionará" de acuerdo con la nueva estrategia.
En cuanto a América Latina y África, añadió Panetta, Estados Unidos "buscará formas innovadoras" para mantener su presencia y sus programas militares.
Pero el énfasis de la estrategia estadounidense, indicaron Obama y Panetta, pasa ahora al este de Asia, donde se observa con recelo las aspiraciones de China, y seguirá muy pendiente de Oriente Medio, una denominación que para Estados Unidos incluye desde el norte de África a Israel, el Golfo y hasta Afganistán.
El presupuesto de "defensa" de Estados Unidos -que incluye no sólo el gasto militar sino también el espionaje, la investigación de armamentos y programas nucleares bajo el Departamento de Energía- creció de unos 300,000 millones de dólares en 2000 a más de 700,000 millones de dólares en el período fiscal 2012.
Dentro de ese gasto casi el 20 por ciento ha correspondido a las guerras en Afganistán e Irak, emprendidas al tiempo que el gobierno de Bush recortaba los impuestos, de manera que la financiación se ha hecho a costa de engrosar la deuda nacional de Estados Unidos.
El Pentágono encara ahora reducciones de entre 400,000 millones y 1 billón de dólares a lo largo de la próxima década. "Ahora que pasamos la página de una década de guerra tenemos que poner en orden nuestro fisco", argumentó el presidente.
"El tamaño y estructura de nuestras fuerzas armadas y nuestro presupuesto militar tienen que responder a una estrategia, y no al revés", advirtió Obama.
Por su parte, Panetta detalló que el Pentágono reducirá o eliminará algunos programas de armamento y estructuras militares heredados de la Guerra Fría, incrementará su capacidad de operaciones y equipos para fuerzas especiales, "la defensa en el espacio y, en particular, en el espacio cibernético".
"Como fuerza global, nuestros militares jamás estarán haciendo solo una cosa", añadió. "Nuestras fuerzas armadas serán responsables de una gama de misiones y actividades en todo el planeta, de alcance, duración y prioridad estratégica variadas".
"Esto realza la necesidad de fuerzas flexibles y adaptables que puedan responder rápida y eficazmente a una variedad de contingencias y adversarios potenciales", sostuvo Panetta.
Durante más de cinco décadas el principio fundamental de la estrategia militar de Estados Unidos ha sido la capacidad de sus fuerzas armadas para encarar dos guerras mayores al mismo tiempo.
La nueva estrategia anunciada hoy aparentemente deja atrás ese enfoque y prefiere una capacidad para librar conflictos menores y simultáneos.
Por Jorge A. Bañale