El ministro de Comercio Internacional de Canadá, Ed Fast, dijo en un comunicado que Ottawa y Bruselas "se están acercando a un ambicioso acuerdo que tiene el potencial de impulsar el comercio bilateral en un 20 %, creando prosperidad y oportunidades para las empresas canadienses".
La ronda negociadora se prolongará hasta el 21 de octubre.
Pero, un grupo de organizaciones de la sociedad civil canadiense protestó ante el Parlamento canadiense por entender que el acuerdo es un "caballo de Troya" que amenaza los puestos de trabajo de los canadienses.
El Consejo de los Canadienses así como la Red de Comercio y Justicia y el Réseau québécois sur l'intégration continentale (RQIC), que organizaron la protesta que incluyó un simbólico "caballo de Troya" de más de 4 metros de alto, aseguraron que el acuerdo tiene "implicaciones ocultas para la política social y la democracia tanto para Canadá como la Unión Europea".
Por otra parte, más de 100 parlamentarios europeos firmaron una carta en la que afirman que el Parlamento Europeo no debería aprobar el acuerdo comercial hasta que Ottawa retire las acciones que ha iniciado contra la UE ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la prohibición de importar productos de la caza de focas.
En la carta, distribuida por la Sociedad Internacional Protectora de Animales (HSI por sus siglas en inglés), los parlamentarios señalan que "la acción del Gobierno canadiense ante la OMC con respecto a la regulación de la UE del comercio de productos de focas es un ataque tanto a los valores canadienses y europeos como al proceso democrático de Europa".
"El Parlamento Europeo no debería apoyar el Acuerdo Global Económico y Comercial Canadá-UE hasta que Canadá retiré su acción en la OMC contra la regulación de la UE sobre el comercio de productos de foca", añadió la carta.
Organizaciones de defensa de los derechos animales llevan décadas protestando contra la caza comercial de focas en Canadá, la mayor cacería de mamíferos marinos del mundo.
En 2009, el Parlamento Europeo votó a favor de prohibir la comercialización en Europa de productos procedentes de la caza comercial canadiense de focas después de que un equipo de veterinarios de la UE dijese que los cazadores del país norteamericano no cumplen las normativas para asegurar que los animales no sufren.
Por su parte Ottawa ha negado que la caza de focas sea "cruel e inhumana" como aseguran las organizaciones de defensa de los derechos animales.
Ottawa y Bruselas han señalado que la disputa sobre la caza de focas no afectará las negociaciones del acuerdo comercial.
El ministro Fast afirmó hoy que "estas negociaciones representan" la "iniciativa comercial más significante desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, firmado con Estados Unidos y México)".
"Con el comercio siendo responsable de más del 60 % de nuestro producto interior bruto (PIB) y con uno de cada cinco trabajos en Canadá dependiendo del comercio, el acuerdo de comercio Canadá-UE es una parte esencial del plan de nuestro Gobierno para crear trabajos y comercio" añadió Fast.