Cumple un mes movimiento “Ocupa Wall Street” y se extiende al mundo

Ahora, la queja básica de “Ocupa Wall Street”, la desventaja relativa a la que se ha sometido al 99 por ciento de la población, se ha extendido a más de un centenar de ciudades estadunidenses, y a docenas de capitales en el mundo.

00030623-original.jpeg

Los "indignados" ocupan Times Square.

El centenar de jóvenes que hace un mes ocupó un parque aledaño a Wall Street para protestar contra la desigualdad económica y social, difícilmente pudo imaginar otros movimientos similares en docenas de ciudades del país y del mundo.

“!Cumplimos un mes! Es un milagro en sí mismo que hayamos durado tanto tiempo”, expresó en su cuenta de Twitter el movimiento “Ocupa Wall Street”, nombre bajo el cual miles de personas se han identificado como el 99 por ciento de la población de menores ingresos, las víctimas de las elites representadas por el sistema financiero.

El 17 de septiembre pasado, sin generar demasiada atención mediática, poco menos de un centenar de jóvenes estudiante decidieron ocupar el parque Zuccotti para presentar una lista inarticulada de quejas.

La lista incluía la desigualdad, la corrupción, la discriminación, la pobreza y el quebrado sistema migratorio de Estados Unidos, entre otras.

Ahora, la queja básica de “Ocupa Wall Street”, la desventaja relativa a la que se ha sometido al 99 por ciento de la población, se ha extendido a más de un centenar de ciudades estadunidenses, y a docenas de capitales en el mundo.

El sábado pasado, se registraron manifestaciones derivadas o inspiradas en Wall Street –que a su vez se han inspirado en la llamada “primavera árabe” y en las recientes protestas en Europa– en Londres, París, Roma y la ciudad de México.

Mientras tanto, en las ciudades estadunidenses de Chicago, Tucson y Phoenix se registraron más de 600 arrestos, y en una marcha que tomó la céntrica plaza de Times Square, en Nueva York, fueron detenidos más de 70 individuos.

Pese a su falta de demandas específicas, el movimiento se ha extendido constantemente, lo que no resulta sorprendente en una economía que ha mantenido durante más de dos años una tasa de desempleo superior al nueve por ciento y a una población con ingresos reales consistentemente a la baja.

Asimismo, en tanto que abundan las noticias sobre viviendas embargadas y sobre incrementos en las comisiones cobradas por algunos bancos, queda en la memoria el rescate multimillonario de finales de 2008 para un sistema financiero que ha dado la espalda a la población y a sus necesidades.

“Apenas hace unas semanas parecía que Wall Street había efectivamente sobornado y presionado a nuestra sistema político para que olvidara los abultados cheques con que se beneficiaron mientras destruían la economía del mundo”, escribió el premio Nobel de Economía, Paul Krugman.

“Pero, de repente, algunas personas insistieron en volver a abordar el tema”, destacó.

 En una columna publicada este lunes en el diario The New York Times, Krugman, al igual que han hecho varios académicos e intelectuales estadunidenses, celebró la ocupación de Wall Street, pues ésta representa en sí misma una denuncia respecto a lo que “Wall Street y en general la elite económica nacional nos ha hecho”.

 Para algunos de sus críticos, no basta con que “Ocupa Wall Street” denuncie la desigualdad, sino que debe presentar demandas especificas para disminuirla. De otro modo, el movimiento terminará por diluirse sin haber conseguido nada o se convertirá en una amalgama de extremistas.

 Para otros, el movimiento podría causar una mayor desilusión en el sistema político estadunidense, al que se percibe como rehén de los intereses privados, lo que alejaría a votantes del sistema electoral, afectaría las aspiraciones de reelección de Barack Obama y favorecería al Partido Republicano.

 El efecto de la ocupación de Wall Street en la operación del sistema político de Estados Unidos aún no está claro. Sin embargo, por el momento, el ambiente en el campamento del parque rebautizado como “Plaza Libertad” es festivo, y con razón.

 Como dice Krugman, los manifestantes han sido capaces de llamar la atención del mundo entero hacia un tema, la desigualdad en la distribución de la riqueza y de las oportunidades, que parecía ya olvidado en un debate político centrado en el presupuesto, los recortes al gobierno y las reducciones fiscales.