"No tenemos ningún comentario que ofrecer al respecto", aseguró hoy a Efe la fuente del organismo multilateral.
El FMI reaccionaba a las recientes informaciones, aparecidas en el diario económico The Wall Street Journal el pasado fin de semana, según las cuales funcionarios del organismo dirigido por Christine Lagarde estarían trabajando en un plan preventivo para otorgar fondos a economías europeas en riesgo.
El programa estaría diseñado para ofrecer líneas de crédito a corto plazo por el triple del valor de las contribuciones de los países receptores al FMI.
En el caso combinado de España e Italia, sería de unos 37,000 millones de euros si lo solicitan este año.
Estas nuevas herramientas de ayuda serían más fácilmente aplicables que la posibilidad de que el FMI intervenga directamente en los mercados de deuda, comprando títulos de los países acosados, algo que no le permite su actual estructura legal.
Con estas nuevas estrategias, el FMI trataría de aumentar su efectividad a la hora de proteger del contagio a las economías más grandes, como son la española y la europea, tras los problemas sufridos por Grecia, Irlanda y Portugal con los que el organismo tiene en marcha planes de ayuda financiera a largo plazo.
La opción de la compra de deuda pública por parte del organismo internacional fue desmentida la pasada semana por el director del FMI para Europa, Antonio Borges, tras unas declaraciones suyas en las que no se excluía la intervención del FMI en los mercados de deuda.
"El FMI solo puede prestar sus recursos a los países, y no puede utilizar estos recursos para intervenir en los mercados de bonos de deuda directamente", zanjó Borges posteriormente.
No obstante, esta sucesión de rumores y desmentidos parece confirmar que el FMI está estudiando diversas respuestas para evitar verse sorprendido por un agravamiento de la crisis.
Otro de los planes debatidos, según el diario financiero estadounidense, sería la concesión de préstamos a grupos de países para que actuasen a modo de "cortafuegos" contra hipotéticos contagios, algo que los expertos han interpretado como una señal a la zona euro.
Estas ideas podrían surgir del llamado hecho por Lagarde el pasado mes durante la reunión anual del Fondo a una mayor "creatividad" en el desarrollo de instrumentos anticrisis.
En cualquier caso, y según The Wall Street Journal, estos posibles planes no serían formalmente anunciados hasta la próxima reunión de jefes de Estado o gobierno del G-20 que se celebrará el 3 y el 4 de noviembre en Cannes, Francia.
El debate ha coincidido con el anuncio de la llamada "troika", conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, de la luz verde a la entrega del sexto tramo del paquete de asistencia financiera a Grecia, por 8,000 millones de euros.
Los riesgos de que Grecia se declare en quiebra han persistido a lo largo del verano en la zona euro y han amenazado con extenderse a economías de mayor envergadura como España e Italia, que han visto cómo las primas de riesgo de su deuda pública se han incrementado hasta máximos.
En este sentido, el Tesoro de Estados Unidos, principal accionista del FMI, ha insistido en las últimas semanas en la necesidad de que Europa actúe "de manera enérgica y con una sola voz" para evitar que una "cascada de quiebras bancarias" en Europa pudiese afectar a la endeble recuperación económica estadounidense.