La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, indicó en una rueda de prensa que Biden le dio también las gracias al monarca hachemita por "el papel crucial" de Jordania para reducir la tensión en Jerusalén y subrayó la importancia de "preservar el 'statu quo' histórico de Haram al Sharif, el Monte del Templo".
Haram al Sharif es el nombre en árabe de la Explanada de las Mezquitas, denominado por los judíos como Monte del Templo.
Preguntada sobre la reacción de Biden a "las preocupaciones" de Abdalá II por "la falta de respeto por parte del Gobierno de Israel" hacia la situación de la mezquita de Al Aqsa y si EE.UU. ha transmitido esa inquietud al Ejecutivo israelí, Jean-Pierre indicó que su país ha sido "muy claro al respecto".
"Hemos recibido garantías por parte del primer ministro (Benjamín Netanyahu) en lo que respecta a políticas específicas", apuntó la portavoz estadounidense sin dar más detalles.
Recordó la visita del secretario de Estado, Antony Blinken, esta semana a Israel y Palestina, e indicó que "claramente" EE.UU. se toma "muy seriamente" lo que está ocurriendo en la región.
Durante su estancia en Washington, el rey jordano también se reunió por separado con la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, quien le reafirmó el compromiso de su país con la "seguridad y la prosperidad económica" en Jordania.
De acuerdo a un comunicado de la Casa Blanca, ambos expresaron su "preocupación" por la escalada de tensión en Jerusalén y Cisjordania.
En virtud del acuerdo firmado por el reino árabe con Israel en 1994, Jordania es el guardián de los lugares sagrados islámicos y cristianos de Jerusalén Este, ocupados junto al resto de Cisjordania por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967,
Haram al Sharif o el Monte del Templo son el lugar más sagrado para los musulmanes tras La Meca y Medina (en Arabia Saudí) y el primero para el judaísmo.
La espiral de violencia se desencadenó el pasado día 26 con una redada israelí en la Cisjordania ocupada que se saldó con la muerte de diez palestinos. A esto siguió un intercambio de ataques entre Gaza e Israel, y luego cuatro ataques armados palestinos, uno de los cuales se saldó con siete civiles muertos del lado israelí en una colonia en Jerusalén Este ocupado.
Esto desencadenó fuertes medidas por parte del Gobierno derechista del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que anunció que suspendía la cooperación de seguridad con Israel como forma de protesta.
La madrugada de este jueves, Israel bombardeó la franja de Gaza como represalia por varios cohetes lanzados desde el enclave costero, informó el Ejército israelí, que asegura haber dañado "significativamente" instalaciones bélicas de Hamás.