A la salida de la reunión, que duró una hora y media, McCarthy dijo que tuvo una "buena" conversación con Biden y que, aunque no llegaron a acuerdos, ambos coincidieron en la necesidad de seguir hablando para acercar posturas.
"Tenemos diferentes perspectivas, pero los dos expusimos nuestra visión de adónde queremos llegar. Y después de exponer nuestras visiones, creo que podremos encontrar puntos en común", afirmó McCarthy, rodeado de una gran cantidad de periodistas justo fuera del Despacho Oval.
En un comunicado, la Casa Blanca informó de que Biden y McCarthy tuvieron un diálogo "franco y directo", en el que el presidente subrayó su "entusiasmo" por seguir trabajando "de buena fe".
El líder republicano, sin embargo, insistió en que EE.UU. no puede seguir endeudándose a los niveles actuales con 31,4 billones de dólares acumulados en préstamos.
A ese respecto, McCarthy comparó la situación actual con la de un niño al que su padre deja una tarjeta de crédito y acaba incurriendo en deudas por encima del límite establecido.
"Lo responsable ahora es pagar por las deudas de esa tarjeta de crédito, pero lo responsable también mirando hacia adelante es ver en qué estamos gastando nuestro dinero", argumentó.
En términos generales, los republicanos ven la batalla por la suspensión del techo de deuda como una oportunidad para conseguir concesiones de Biden por primera vez desde que llegó al poder en enero de 2021, ya que los conservadores controlan ahora la Cámara Baja tras las elecciones de noviembre.
Frente a esto, la Casa Blanca insistió en su comunicado que Biden ha dejado claro que es un deber compartido "no permitir un impago (de la deuda) sin precedentes y económicamente catastrófico".
Y remarcó que no es "algo negociable o condicional".
En su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Presidencia, Karine Jean-Pierre, aprovechó para lanzar una pulla a McCarthy al aludir a la frágil posición que tiene dentro de su propio partido después de que un grupo de diputados ultraconservadores se opusiera a su elección como presidente de la Cámara Baja, aunque al final acabaron cediendo.
"Entendemos por lo que está pasando el presidente de la Cámara. Él tiene un partido que ha hecho propuestas con ideas muy extremas (...) Y eso es con lo que estamos lidiando", manifestó Jean-Pierre.
La reunión entre el demócrata y el republicano de mayor rango en Washington se realizó a puerta cerrada sin que los periodistas pudieran, como en otras ocasiones, hacer preguntas y escuchar la opinión de cada una de las partes.
El techo de deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales existentes y poder pagar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares, los intereses sobre la deuda nacional, las devoluciones de impuestos y otros pagos.
Cada cierto tiempo, EE.UU. se asoma al impago de la deuda nacional porque, a diferencia de otros países, el Ejecutivo estadounidense solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea conveniente.
Si el Congreso, cuyo control está dividido entre los republicanos en la Cámara de Representantes y los demócratas en el Senado no acuerda suspender el techo, el país se verá forzado a dejar de pagar sus deudas, lo que podría provocar una crisis financiera global.