A las 09:05 hora local (13:02 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en octubre restaron 0,05 dólares respecto al cierre de la sesión previa del martes, cuando selló su máximo en cinco meses.
El barril de referencia estadounidense retrocedía entre preocupaciones por el continuo avance de la pandemia y con los inversores siguiendo muy de cerca las noticias respecto a los temporales de viento que están teniendo lugar en el golfo de México.
El optimismo provocado en un principio por las condiciones climáticas que azotan al Golfo de México se ha reducido después de que una de las tormentas tropicales que se dirigían a la zona, Laura, haya pasado a ser considerada como un huracán de categoría cuatro que amenaza con causar importantes daños materiales y personales una vez toque tierra a finales de esta semana.
En un principio, las tormentas habían sido recibidas con alivio por el mercado puesto que obligaba a cerrar buena parte de la producción de petróleo en un contexto en el que el mercado teme un exceso de oferta.
Sin embargo, el fortalecimiento del huracán ha derivado en preocupaciones respecto a los daños materiales que pueda causar el huracán y la prolongación de los cierres forzados.
La Oficina de Seguridad y Cumplimiento Ambiental estimó ayer que el 84.3% de la producción actual de petróleo en el Golfo de México se ha cerrado -cerca del 90 % al que obligó el huracán Katrina en 2005- junto con alrededor del 60,9% de la producción de gas natural.