A las 09:06 hora local (13:06 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en septiembre restaban 0.20 dólares con respecto al cierre de la sesión previa del miércoles.
El barril de referencia estadounidense retrocedía después de que la AIE, con sede en París, estimara en su informe que la demanda para 2020 se situará en 91,9 millones de barriles por día (bpd) de crudo, unos 8.1 millones menos que el año anterior y 140,000 barriles diarios menos que en su anterior previsión.
La AIE redujo sus cálculos debido a la debilidad del sector aéreo y a la reducción de la movilidad por la pandemia de coronavirus.
Además, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) pronosticaron ayer que la demanda mundial de petróleo caería algo más que la previsión de la AIE, en unos en 9.06 millones de bpd este año, por encima del descenso de 8.95 millones de bpd esperado hace un mes.
Todo esto coincide con que la relajación del histórico recorte de la OPEP+, que estuvo vigente hasta julio, y que ha pasado de 9.7 millones de bpd hasta 7.7.
Todo ello contribuye a un clima de preocupación en los mercados petroleros, que temen que una nueva contención de la demanda y una segunda ola del virus vuelvan a provocar un exceso de oferta que arrastre los precios del crudo.
Por otro lado, en EE.UU. continúa la incertidumbre respecto a las negociaciones que los legisladores demócratas y republicanos mantienen en Washington para aprobar un nuevo paquete de estímulos fiscales que ayuden a paliar los efectos negativos de la pandemia en la economía.
De momento, miembros de ambos partidos han señalado en numerosas ocasiones a lo largo de esta semana que si bien su voluntad es cerrar pronto un acuerdo, ahora mismo las conversaciones se encuentran "estancadas".