En la jornada previa, el oro llegó a rozar los 2,070 dólares por onza, aunque finalmente cerró en 2,063.54 dólares.
El 27 de julio, el oro superó máximos desde septiembre de 2011, en los 1,921.17 dólares, y desde ese momento no ha dejado de subir.
El pasado martes, superó la frontera psicológica de los 2,000 dólares.
Los expertos atribuyen el alza del oro a varios factores como la debilidad del dólar, los rendimientos reales negativos de la renta fija, y la incertidumbre que existe en el mercado sobre la recuperación económica ante el aumento continuado de casos de coronavirus en todo el mundo, además de las tensiones generadas entre EE.UU. y China.