A las 9:15 hora local de Nueva York (13:15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en julio sumaban 0.08 dólares respecto a la sesión previa del miércoles, cuando el Texas cedió un 1.1 %.
El barril de referencia en EE.UU. subía ligeramente en una jornada que se espera volátil y en la que continúan preocupando los rebrotes del COVID-19 que se han producido tanto en Estados Unidos como en China.
Los analistas apuntan que no se espera que en la reunión de la OPEP+ se tome alguna decisión sobre si se profundizará o no en los recortes vigentes hasta julio, aunque señalan que sí servirá para medir los ánimos y comprobar los niveles de cumplimiento de ciertas naciones que hasta ahora han tenido dificultades para reducir su bombeo, como Nigeria.
Tras las quejas del principal país productor, Arabia Saudí, y del socio más importante, Rusia, se espera que por ejemplo Irak y Kazajistán presenten un plan de compensación por los incumplimientos en los meses pasados.
En su última reunión, la OPEP+ acordó extender el histórico ajuste de 9.7 millones de barriles por día (bpd) hasta por lo menos julio para intentar alcanzar el equilibrio del mercado, al que amenaza un exceso de oferta y un repunte escaso de la demanda tras la pandemia del COVID-19.
En esta semana, el barril estadounidense ha vuelto a recibir malas noticias sobre sus inventarios de crudo, ya que, de nuevo, experimentaron importantes crecidas, con datos por encima de lo esperado por los analistas.
"Los operadores se dividen hoy entre dos indicadores: la acumulación de existencias de crudo en los EE.UU., señal pesimista, y el aumento de la demanda de combustibles para carreteras, señal optimista", dijo en una nota la analista de Rystad Energy Louise Dickson.