En el proceso legal, interpuesto por Morgan & Morgan, se alega que la institución bancaria "no tuvo el cuidado razonable de proteger los datos de los clientes" y falló durante meses en detectar el hackeo, según precisó la firma este miércoles en rueda de prensa en el área de la Bahía de Tampa, en la costa este de Florida.
Los abogados de Morgan & Morgan señalaron que la demanda fue presentada el martes en una corte del distrito del este de Virginia, donde se ubica la sede principal de Capital One, a nombre de uno de los clientes afectados, DuWayne Baird.
La demanda busca, sin embargo, llevar el caso en nombre de todos los consumidores perjudicados en Estados Unidos.
"Hemos sido contactados por cientos de personas (...) consumidores preocupados, que han sido afectados de alguna manera", manifestó John Yanchunis, recoge el diario Tampa Bay Times.
El Departamento de Justicia informó el lunes que el FBI detuvo en Seattle (estado de Washington) a la presunta responsable del robo, identificada como Paige A. Thompson, en cuya vivienda hallaron una copia de la información hackeada.
La presunta pirata informática expuso información de los clientes bancarios, incluidos los números de seguro social y de cuenta bancaria.
Thompson está acusada de fraude y abuso informático -delito que acarrea hasta cinco años de cárcel- y comparecerá ante un juez este jueves, quien decidirá si fija o no una fianza.
Yanchunis señaló que los ataques informáticos sufridos por otras empresas como Equifax, Yahoo y Home Depot deberían haber sido "una señal de alerta para cualquier compañía que tuviera información y mantuviera esa información en un entorno muy seguro".
La demanda presentada por Yanchunis solo nombra a Capital One Financial y dos filiales como demandados, detalló el diario.
Según el banco con sede en McLean (Virginia, EE.UU.), Thompson accedió a los datos de unas 100 millones de personas en Estados Unidos y otras seis millones en Canadá que solicitaron una tarjeta de crédito entre los años 2005 y 2019.
En la gran mayoría de casos se trata de datos personales como nombres, direcciones, teléfonos, fechas de nacimiento o ingresos, así como el historial crediticio.
Capital One calcula que este robo le costará entre 100 y 150 millones de dólares derivados de gastos de abogados, seguridad cibernética y servicios bancarios a los afectados.
Capital One es la décima entidad financiera en tamaño de Estados Unidos, con unos activos de 373.600 millones de dólares.