Estos presupuestos serán los primeros equilibrados desde 1969. A partir de ahora, Alemania gastará tanto como ingrese, a pesar de las críticas que reclamaban una mayor inversión alemana.
"El objetivo de déficit cero es un éxito, pero, sobre todo, un compromiso de cara al futuro", afirmó el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, durante el debate en el Bundestag (Cámara baja).
Para asegurar el equilibrio presupuestario, el gasto en 2015 sólo deberá crecer un uno por ciento hasta los 299,100 millones de euros. Después se eliminará este recato. En 2016 aumentará un 3.7 por ciento y en los dos siguientes un tres y un 2.9 por ciento hasta los 329,300 millones de euros en 2018, siempre y cuando la coyuntura económica transcurra según lo previsto.
La política de déficit cero fue motivo de duros debates los últimos meses. Políticos de la oposición y prestigiosos economistas alemanes criticaron el rumbo del gobierno alemán y reclamaron más inversiones para hacer frente a las deficitarias infraestructuras en el país y potenciar la economía.
También desde el extranjero, el gobierno de Angela Merkel tuvo que aguantar un gran número de críticas que solicitaban un mayor gasto para poder impulsar la debilitada coyuntura económica en la eurozona.
Pero estas críticas no amilanaron ni a Merkel ni a Schäuble que insistieron en todo momento en la necesidad de que Alemania dé ejemplo con unos presupuestos equilibrados para presentarse como un ancla de estabilidad fiable en la crisis del euro.
Asimismo, el ministro de Finanzas alemán recordó hoy la elevada deuda pública alemana, que se sitúa aún en el 75 por ciento del producto interno bruto (PIB), lejos aún del 60 por ciento que marcan los criterios del Tratado de Maastricht. (DPA)