Según reportes de la emisora británica BBC, el nuevo gobierno de unidad será decidido por los rebeldes houthi chiitas y los separatistas del sur del país.
En tanto, el Ministerio del Interior ordenó a las tropas de seguridad evitar los enfrentamientos con fuerzas rebeldes porque, según argumentó, son "amigos de la policía".
BBC señala que la formación de un nuevo gobierno y el nombramiento de un nuevo primer ministro eran parte de las exigencias de los houthis.
El acuerdo de paz se firmó en la capital Saná entre los representantes de los principales partidos políticos yemeníes y de los rebeldes houthi, en presencia del presidente Abd Rabbo Mansur Hadi y bajo la mediación del enviado especial de la ONU para Yemen, Jamal Benomar.
Previamente, Basindawa había presentado su renuncia debido a los fuertes enfrentamientos entre el grupo chiita y las fuerzas del gobierno. La renuncia fue rechazada por el presidente, informaron varios medios locales.
A pesar de las negociaciones en curso y un pedido de tregua, los rebeldes chiitas siguieron avanzando este domingo hacia la capital Saná, al tiempo que asaltaron el cuartel general del Ejército y una base militar en el norte de la ciudad, según el sitio web de noticias "Al-Masdar". Testigos presenciales reportaron a dpa enfrentamientos cerca del centro de la capital.
Por su parte, un destacado miembro de los houthi señaló que esos enfrentamientos de los rebeldes contra el Ejército no tenían ninguna relación con el acuerdo negociado.
Los combates no están dirigidos contra el gobierno, sino solo contra los "grupos corruptos en el país", dijo a dpa un portavoz de los rebeldes.
Los rebeldes chiitas houthi se levantaron en armas en 2004 para reclamar la independencia de sus regiones tribales en el norte. Un alto el fuego alcanzado por un comité presidencial el año pasado fracasó, de lo que las dos partes se acusan mutuamente. A finales de junio, tras intensos combates con el Ejército, habían avanzado hasta a diez kilómetros de la capital, Saná.
En julio, más de 200 personas murieron después de que los houthis conquistaran la capital provincial de Amran, al norte de Saná. El gobierno teme principalmente por la provincia de Marib, que limita con el territorio houthi y es una de las pocas del país que cuenta con reservas petroleras.
El gobierno yemení se enfrenta no solo con una rebelión en el norte sino también con un movimiento secesionista en el sur y con la insurgencia del grupo Al Qaeda en la Península Arábiga, considerado como una de las ramas más peligrosas de esta red terrorista. (DPA)