El Banco de México (central) y la OCDE respaldaron las medidas fiscales aprobadas por el Congreso mexicano y el alza de precios de los combustibles decretada por el gobierno, y minimizaron su impacto inflacionario sobre la economía mexicana, la cual, dijeron, se encuentra ya en "recuperación".
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en su primera aparición pública desde que asumió el cargo el pasado 1 de enero, afirmó que la economía mexicana experimenta una "recuperación consolidada" y que las recientes alzas de precios tendrán un impacto "limitado" y "transitorio".
"Podemos afirmar con cierto grado de confianza que tenemos una recuperación consolidada sólida que ha venido abarcando todos los sectores" de la economía, por lo que es "muy factible" que se materialice en 2010 una tasa de crecimiento del 3%, indicó Carstens durante un foro organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
El funcionario precisó que los últimos datos disponibles muestran que el sector servicios, la industria, la demanda agregada, el consumo, las importaciones, las exportaciones y el empleo se han "recuperado", por lo que se espera que en el cuarto trimestre de 2009 el Producto Interior Bruto (PIB) haya tenido una "variación importante".
Carstens, quien dejó la Secretaría de Hacienda para asumir la dirección del Banco de México (Banxico), salió al paso de las duras críticas de varios sectores de la sociedad mexicana, principalmente de los partidos políticos de oposición, que han censurado al gobierno por decretar un aumento de 1.3% al precio de las gasolinas.
La pequeña carestía en combustibles se combina, sin embargo, con la entrada en vigor este año de una reforma fiscal que incluye incrementos al IVA, del 15% al 16%, al Impuesto Sobre la Renta, del 28% al 30%, y un nuevo gravamen del 3% a las telecomunicaciones, con excepción de Internet y la telefonía rural, además de aumentos a la cerveza, cigarrillos y los juegos y sorteos.
En opinión de Carstens, ese "impacto" en los precios "se ha limitado al directo, el cual es transitorio y se desvanecerá después de un año", lo que favorecerá un descenso de la inflación en 2011.
Las nuevas medidas fiscales son "indispensables para la estabilidad macroeconómica del país", defendió Carstens, y aseveró que "no hay mejor aliado para tener una inflación baja que las finanzas públicas sanas".
México, cuyas finanzas públicas dependen fuertemente del petróleo, ha experimentado una caída sostenida en su producción de crudo, lo que ha forzado al gobierno a llevar a cabo dos reformas fiscales, y a reducir gradualmente el millonario subsidio que da a las gasolinas.
Por su parte, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Miguel Ángel Gurría, defendió las reformas fiscales que buscan aumentar el recaudo en México, porque, dijo, es una "mala política fiscal" que las finanzas públicas del país dependan solo del petróleo.
Criticó que en México se continúe subsidiando el precio de la gasolina, dado que genera en el país un mayor consumo de ese bien escaso, aumenta el cambio climático, distorsiona los precios en la frontera con Estados Unidos, y le quita capacidad al gobierno para atender a los pobres, ya que ese apoyo gubernamental beneficia sólo a las clases medias y altas.
En este sentido, Gurría sostuvo que México debe trabajar "para tener una estructura fiscal normal, competitiva, moderna, progresiva, justa, transparente y sencilla de cumplir".
Para la OCDE, México se encuentra ya en la senda de la "recuperación" como otros países en desarrollo, por lo cual estima que el desempeño económico del país este año sea "mejor de lo previsto", aunque dependerá de la situación de la economía en Estadops Unidosexplicó Gurría.
Finalmente, el titular de la OCDE, organismo que integran 31 países, destacó que México debe mejorar las condiciones de competencia en la economía, la innovación y el estado de derecho para dejar de arrastrar "presiones inflacionarias", que provocan que el país espere tasas de inflación por encima del 4% en 2010, mientras que en otros países hay procesos de deflación.
Por Juan David Leal