Junto a Petrobras –la mayor empresa de Brasil y punta de lanza de la estrategia de desarrollo social del gobierno-, S&P rebajó otras 30 empresas del país, que sufre los efectos de su recesión económica (2.6 por ciento en el primer semestre), la crisis política y el déficit fiscal.
La agencia calificadora de riesgo rebaja de esta forma la nota de la petrolera brasileña dos escalafones y situó la perspectiva como negativa, lo que indica que podría seguir bajando.
S&P se convirtió así en la segunda firma calificadora en rebajar la nota crediticia de Petrobras, la empresa más endeudada del mundo con más de 100 mil millones de dólares de deuda, tras la decisión de Moody’s de degradar a la estatal brasileña en febrero pasado.
Ambas firmas dejaron de considerar a Petrobras una buena pagadora de su deuda, lo que podría dificultarle el acceso a nuevos créditos y probablemente supondrá que la petrolera tenga que pagar más intereses por nuevos financiamientos y compromisos financieros.
La Operación Lava Jato (Operación Limpieza), el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, según el fiscal general del país, dañó seriamente la credibilidad de la estatal petrolera brasileña.
Cientos de millones de dólares habrían salido ilícitamente desde la estatal Petrobras para funcionarios, políticos y formaciones como el propio Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff, por medio de sobrefacturación de contratos de suministro.