El 22 de mayo de 1960 un devastador terremoto de 9.5 en la escala de Richter devastó la zona centro-sur de Chile, tragedia que generó una gran solidaridad internacional donde destacó México, que incluso creó un plan de “cooperación fraternal” con esta nación sudamericana.
Fruto de este ejemplar programa, el “Plan Chileno-Mexicano de Cooperación Fraternal 1960-1964”, Puerto Montt vio nacer un moderno edificio para esos años, la céntrica Casa del Arte Diego Rivera, la cual hoy es un referente del barrio histórico de esta ciudad.
También nació, en el marco del mismo plan, un conjunto de viviendas para un grupo de pescadores de la zona que en un comienzo llevó el nombre de “Veracruz” y que luego cambió a “Anáhuac”, que sobrevive hasta la actualidad con el agradecimiento eterno de sus habitantes.
En este marco, la Embajada de México en Chile firmó un memorando de entendimiento con la Municipalidad de Puerto Montt, distante mil kilómetros al sur de Santiago, para incrementar los lazos entre el país del norte y esta ciudad.
El embajador de México en Chile, Rubén Beltrán Guerrero, se reunió con el alcalde de Puerto Montt, Gervoy Paredes, para firmar un memorando de entendimiento que tiene como objetivo ampliar los vínculos en los aspectos económico y turístico, entre otros.
El diplomático dijo tras el acto que “este lunes hemos renovado la antigua amistad entre México y Puerto Montt. Firmamos un memorando de entendimiento donde marcamos las áreas que queremos trabajar y reconocimos el liderazgo del gobierno del alcalde Paredes para relevar el trabajo de la Casa del Arte y de los pecadores de la Caleta Anáhuac”.
Agregó que “también hemos conversado sobre la necesidad de impulsar un hermanamiento de Puerto Montt con algún puerto del Pacífico mexicano para establecer ayuda en sectores como el turismo, la pesca y la parte cultural y económica”.
El alcalde Paredes comentó por su parte que “somos socios activos y estratégicos con México, vamos a trabajar en conjunto y estamos muy agradecidos de esa nación hermana desde los puntos social y político porque siempre los chilenos han sido bien recibidos en México”.
Adelantó que la Embajada de México en Chile los asesorará para firmar en el futuro un “hermanamiento efectivo” con algún puerto mexicano y, de esta forma, incrementar los lazos bilaterales en beneficio de ambos pueblos.
El director ejecutivo de la Corporación Cultural de Puerto Montt, Marcelo Utreras, señaló por su parte que “la Casa del Arte Diego Rivera es probablemente el centro cultural más activo de la zona sur de Chile”.
“Tiene una programación diaria de enero a diciembre, donde se realizan actividades de artes visuales, escénicas, música y algunas actividades de formación. Por otra parte, el edificio de la Casa del Arte Diego Rivera es uno de los edificios más distintivos del centro de Puerto Montt”, apuntó.
Añadió que “el edificio está enraizado en el corazón del habitante de Puerto Montt, lo que tiene que ver con la natural cercanía del pueblo chileno con el mexicano y como una muestra de gratitud hacia la fraternidad que existe entre ambos países”.
Beltrán Guerrero también visitó la Caleta Anáhuac, vecina a una villa de pescadores que en principio llevó el nombre de “Veracruz” y que también fue construida con aportes mexicanos en el marco del Plan Chileno-Mexicano de Cooperación Fraternal 1960-1964.
Las calles de esta población, hoy conocida como Anáhuac, llevan los nombres de lugares mexicanos, partiendo con la avenida principal llamada “México” y siguiendo con “Acapulco”, “San Luis Potosí” y “Mazatlán”.
El presidente de la Caleta Anáhuac, Juan García, indicó que “este lugar es emblemático en la región y estamos muy agradecidos del gobierno mexicano, que donó esta población y sus casas a los pescadores de la caleta tras el terremoto de 1960”.
A la caleta pertenecen 96 pescadores artesanales, con 66 embarcaciones que se lanzan a la mar todos los días en busca de la merluza austral y el congrio dorado, que luego son vendidos en importantes hoteles de la zona sur.
El embajador mexicano comentó por su parte que “estoy emocionado por haber descubierto un rincón tan directamente relacionado con México a mil kilómetros de Santiago, una población que se originó por una donación de México”.
“Acá estuvo el presidente Adolfo López Mateos (1958-1964), su esposa Eva Sámano de López Mateos, para, entre otras cosas inaugurar en 1964 la Casa del Arte Diego Rivera y esta caleta de pescadores que lleva el nombre de Anáhuac”, indicó.
De esta forma, México está presente una vez más en la vida de los chilenos que residen en la zona sur, la más identificada con la cultura mexicana desde hace décadas.