A Verstappen, de 27 años, le bastaba que el inglés Lando Norris (McLaren) no sumase tres puntos más que él el pasado domingo para proclamarse matemáticamente campeón del mundo, por cuarto curso seguido, en Las Vegas (EEUU).
No sólo no fue así, sino que 'Mad Max' acabó quinto, un puesto por delante del piloto de Bristol, una carrera que el español Carlos Sainz (Ferrari) concluyó tercero y en la que Mercedes festejó un doblete: con victoria del inglés George Russell por delante de su compatriota el séptuple campeón mundial Lewis Hamilton.
El astro neerlandés igualó de esta forma los cuatro títulos del alemán Sebastian Vettel -que también ganó cuatro seguidos para Red Bull (2010-13)- y del francés Alain Prost. Y ya sólo tiene por delante, en la relación histórica, al pentacampeón argentino Juan Manuel Fangio -la primera gran estrella del automovilismo, en los años 50- y a los dos séptuples ganadores del certamen: el alemán Michael Schumacher y el citado Sir Lewis.
Verstappen suma 403 puntos, 63 más que Norris: una distancia insalvable en los dos últimos Grandes Premios: el de este fin de semana, en Qatar; y el próximo, que cerrará el Mundial más largo de la historia con su vigésima cuarta y última prueba, en Abu Dabi.
Suponiendo que el inglés ganase el sprint del sábado y, con vuelta rápida incluida, las dos carreras restantes; y que el neerlandés no sacase un solo punto en esas tres pruebas, el ídolo deportivo de los Países Bajos seguiría sumando tres puntos más que el que este año ha sido su principal rival.
De aquí al cierre de Yas Marina queda por decidir el subcampeonato de pilotos -el monegasco Charles Leclerc, compañero de Sainz, está a 21 puntos de Norris- y el Mundial de constructores. Campeonato en el que McLaren (608) aventaja en 24 a Ferrari. Y que Red Bull, tercera -con 555-, tiene muy complicado ganar por tercer año seguido, pero aún tiene (remotas) posibilidades.
Sainz afronta, antes de que lo sustituya Hamilton, sus dos últimas carreras con Ferrari -el madrileño, dos veces ganador este año, pilotará para Williams el que viene- con miras a lustrar su notable palmarés en F1, en el que presenta cuatro victorias, 26 podios y seis 'poles'. Su compatriota el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Aston Martin), por contra, tan sólo desea que acabe el curso cuanto antes.
Con 32 triunfos y 106 podios en la categoría reina -ocho de ellos el año pasado, su primero en la escudería de Silverstone-, Alonso no ha podido subirse al cajón ni una vez durante 2024.
Quinto en Arabia Saudi, no volvió a igualar su mejor puesto de una temporada en la que sólo su enorme talento y su gran resiliencia a los 43 años ha logrado exprimir las prestaciones de un mal AMR24. Eso, en espera del año que viene; y, sobre todo, de 2026: cuando entre en vigor el nuevo reglamento técnico y estrene el nuevo coche diseñado por otro genio, el inglés Adrian Newey.
El mexicano Sergio Pérez (Red Bull), subcampeón del mundo el año pasado, no pasa del octavo puesto -uno por delante de Alonso- en un Mundial que se le empezó a torcer después del sexto Gran Premio.
'Checo', con seis victorias en la F1, acabó tercero la quinta carrera, en China, y desde entonces espera de forma infructuosa por su cuadragésimo podio en la división de honor. Una prueba más tarde, en Miami (EEUU), acabó cuarto; y desde entonces su mejor resultado en las 16 pruebas siguientes fue el sexto que logró en Países Bajos.
El bravo piloto tapatío debe enderezar el rumbo en las dos últimas carreras, ya que, a pesar de tener contrato los dos próximos años, ha sido cuestionado incluso por un alto cargo de su propia escudería como es el austriaco Helmut Marko.
El argentino Franco Colapinto, que se subió al Williams en Monza (Italia) -circuito recién renovado como parada del Mundial hasta 2031-, ha causado una más que grata impresión en los siete Grandes Premios que ha disputado desde entonces; de los que ha puntuado en dos (Azerbaiyán y Estados Unidos).
El bonaerense, de 21 años, seguirá con su curso avanzado en la categoría reina en el circuito de Lusail -con una pista de 5,419 metros y 16 curvas (seis de ellas a la izquierda)-, situado a unos 30 kilómetros al norte de la capital qatarí, Doha; y a trece del estadio de idéntico nombre que albergó, hace dos años, la final del Mundial de fútbol; que, liderada por Lionel Messi, le ganó -tras la tanda de penaltis- la selección de su país a la Francia del Kylian Mbappé.
En Lusail se rodará con neumáticos de la gama de compuestos más dura: los C1 (duros, reconocibles por la raya blanca), C2 (medios, raya amarilla) y C3 (blandos, roja). En unas condiciones de mucho calor y elevada humedad que el año pasado -cuando el Gran Premio se disputó a principios de octubre- provocaron graves problemas físicos a la inmensa mayoría de los pilotos.
Este viernes se disputará el único entrenamiento libre, horas antes de la calificación, con luz artificial, que ordenará la parrilla del sprint del sábado. En un Gran Premio que debutó en 2021 -con triunfo de Hamilton y tercer puesto de Alonso-; que no se disputó un año más tarde, debido al Mundial de fútbol; y que alcanza su tercera edición después de que en 2023 Verstappen celebrarse, con victoria, su tercera corona.
La prueba reducida -sobre el tercio de la distancia de la larga y que reparte puntos entre los ocho primeros: ocho al ganador, siete al segundo y así sucesivamente hasta el octavo, que se anota uno- se disputará horas antes de la cronometrada principal, que diseñará la formación de salida de la carrera dominical. Prevista a 57 vueltas, para completar un recorrido de 308,6 kilómetros; y que en ambos casos se decidirá por la noche y con luz artificial.