Las zonas más afectadas son el rostro, especialmente mejillas, nariz y labios; además del escote y las manos, ocasionando una agresión en la piel. Tanto adultos como niños son propensos a presentar algún daño en la dermis durante la época invernal, mismo que se caracteriza por sensación de tirantez, poca elasticidad, descamación e irritación que conduce al rascado y éste a su vez, a una agresión física. Por ello, es importante tomar las medidas necesariaspara prevenir y aliviar cualquier variación de su función natural o su estética, ya que, el cambio de clima también provoca una aceleración del envejecimiento cutáneo.
Antes de hablar sobre los cuidados durante esta temporada, así como de la importancia de la hidratación, primero debemos recordar que una de las funciones de la piel es regular la temperatura del cuerpo y, por lo tanto, cuando entra en contacto con el frío, los vasos sanguíneos de la dermis se contraen para reducir el flujo de sangre y conservar el calor en otras zonas centrales. En consecuencia, como la cantidad de sangre caliente que llega a la piel es menor, las áreas expuestas al aire como los dedos de las manos, las orejas y la nariz se enfrían con mayor rapidez.
Sin embargo, esto disminuye el aporte de oxígeno y nutrientes, y propicia la pérdida de agua y lípidos, que en conjunto ocasionan la alteración de las características y su función como barrera, provocando inflamación del área, dolor y descamación anormal debido a una deshidratación que, si no se trata a tiempo, puede llegar hasta la formación de pequeñas grietas que la vuelven aún más vulnerable frente a microorganismos y sustancias irritantes.
Por estas razones, es necesario extremar sus cuidados durante la temporada de frío. En este sentido, los expertos recomiendan cuatro puntos específicos:
1. Higiene diaria: lavar el área dañada es muy importante debido a que las pieles agredidas son más vulnerables a cualquier infección u otro factor externo. Por lo tanto, se deben usar jabones neutros y sin detergentes agresivos; asimismo, el secado se debe realizar sin presionar demasiado, con toallas de algodón limpias o, en su defecto, gasas de algodón estériles.
2. Busca alguna pomada con ingrediente regenerador y cicatrizante: Para la recuperación de la epidermis (capa externa) y, en muchos casos, de la dermis (capa interna), se necesitará un aporte extra de sustancias regeneradoras, revitalizantes, cicatrizantes y estimuladores de la formación de colágeno como eldexpantenol (Pro-vitamina B5), sustancia activa de Bepanthen® Pomada Regeneradora, que previene y trata la piel dañada. El dexpantenol al absorberse, estimula a las células que regeneran la piel llamadas fibroblastos, las cuales elaboran y segregan proteínas de colágeno, acelerando el proceso natural de cicatrización.
3. Hidrata para retener el agua: Este punto también es clave, ya que, para regenerar la epidermis dañada, recuperar su función como barrera y aumentar el contenido de agua, se necesitará aplicar pomadas o cremas con elementos que, además de ayudar a restaurar de la capa córnea, deberán retener o aumentar su contenido de agua. , En este sentido, es importante mencionar que el dexpantenol también aporta un alto grado de hidratación a la piel y reduce la perdida de agua.
4. Evita la exposición solar directa: si ya se presentan síntomas de daños a causa del frío, al principio se debe de evitar el contacto directo con los rayos del sol y usar fotoprotectores en la rutina diaria para que no se agrave el problema. Esto también evitará una posible hiperpigmentación de las lesiones, siendo una de las secuelas más comunes.
En definitiva, los factores ambientales dañan considerablemente la dermis. Por ello, es importante cuidarla, especialmente desde que se detecten los primeros síntomas, aunque siempre la mejor práctica es la prevención. Por eso, no olvides usar ropa adecuada para esta temporada, como guantes y gorros. De igual forma, es fundamental tener una dieta equilibrada y tomar dos litros de agua diarios, ya que esto influye en la recuperación de la piel agredida.