En representación del PRI, Ana Isabel Allende Cano consideró urgente legislar para que los pequeños productores sean incorporados al desarrollo del país, luego de sufrir una de las sequías más prolongados en los últimos 50 años.
“Ya es tiempo de darle la justa dimensión al campo mexicano es urgente que trabajemos de la mano para generar consensos y discutir necesariamente la reforma estructural del campo”, dijo.
José Luis Oliveros Usabiaga (PAN) señaló la necesidad de “migrar de un modelo de producción anacrónico a un esquema moderno que le dé resultados a los campesinos a favor de su calidad de vida”.
Desde la tribuna, el diputado Jorge Federico de la Vega Membrillo (PRD) destacó que es necesario el diseño de una política de Estado que revierta las condiciones actuales del sector rural y contemple medidas para garantizar la seguridad alimentaria.
Miguel Sámano Peralta (PVEM) argumentó que se necesita una reforma rural estructural luego de que la sequía, heladas e inundaciones han afectado a 2.5 millones de hectáreas de tierras agrícolas y provocaron la reducción de la producción de maíz, en un 17 por ciento, y de frijol, en un 40 por ciento, y la pérdida de más de 2 millones de cabezas de ganado.
Héctor Roblero Gordillo (PT) también se manifestó a favor de una reforma que revierta los daños de los cambios climáticos.
Sonia Rincón Chanona (Nueva Alianza) solicitó al Gobierno federal establecer políticas públicas para contribuir a que la agricultura se convierta en un sector estratégico para el desarrollo nacional.
Luis Martínez Martínez (Movimiento Ciudadano) aseguró que la actual política ha sido insuficiente para mitigar el déficit crónico de la balanza agropecuaria y pidió incorporar en la agenda legislativa la reforma rural estructural y dar continuidad a las acciones realizadas por la pasada legislatura.
El Congreso realizó en las LX y LXI Legislaturas diversas reuniones y foros para construir la reforma estructural, pero no pudo concluir.
