La búsqueda se ha derivado desde el vecino estado de San Luis Potosí, donde tuvo lugar el siniestro, en el que se vieron involucrados los seis españoles, de los que dos sobrevivieron y cuatro fueron arrastrados por el río, tres de los cuales han sido hallados muertos.
Dos helicópteros sobrevolaron hoy la selvática Huasteca veracruzana -que prolonga la de San Luis Potosí- en la unión de los ríos Tanchachín y Moctezuma, a unos 50 kilómetros de la desembocadura en el Golfo de México.
Una quincena de personas participan en el rastreo de Francesc Espasa, el último de los jóvenes que queda por localizar y sobre cuya supervivencia no se abrigan muchas esperanzas. La búsqueda se centra en las zonas de Tamuín y El Higo.
Un centenar de personas han participado en las tareas de rescate en San Luis Potosí en estos ocho días.
Los cuerpos de tres de las desaparecidas, dos hermanas y una amiga, todas naturales de Girona (noreste de España), fueron hallados en muy mal estado por efecto del agua y el tiempo transcurrido tras su muerte.
Sus familiares viajaron a México para identificarlos. Tanto ellos como los féretros se encuentran ya de vuelta en España, al igual que los dos supervivientes.
Protección Civil de San Luis Potosí aseguró que la búsqueda seguirá durante el fin de semana. La embajada española en México declaró ayer que insistiría a las autoridades para que no cejaran en el empeño de hallar al desaparecido.
El accidente se produjo el miércoles 28, cuando un guía abordó a tres de los jóvenes después de que estos hablaran con la oficina de turismo y los técnicos de ésta les desaconsejaran vivamente emprender viaje a la cascada de Tamul.
El guía les aseguró que les llevaría por otra ruta que no entrañaba peligro, a pesar de la crecida del río que hizo que las autoridades prohibieran la navegación.
Las tres chicas españolas que murieron formaban parte del grupo que se montó en la embarcación y al que el barquero abandonó antes de llegar a la orilla opuesta asustado por la fuerza del agua.
Los intentos de los jóvenes por agarrarse a alguna rama y detener su avance río abajo fueron infructuosos y la balsa volcó. Sólo dos pudieron nadar hasta la orilla.
Tanto el barquero como el guía se encuentran ya en prisión.