Advirtió a los impulsores de la reforma que muy pronto se verán los saldos de sus votaciones y de sus alianzas. “Inevitablemente se derrumbará la fachada de éxito y quedarán al descubierto los resultados de una privatización fallida”.
Al concluir los trabajos del cuarto periodo extraordinario de sesiones del Senado de la República, Barbosa Huerta señaló que el modelo energético aprobado tendrá el mismo resultado que en su momento tuvieron otros recursos que se entregaron al capital privado en aras de la productividad, pero que han sido un rotundo fracaso.
En ese sentido, señaló que los primeros efectos de la Reforma Energética serán el aumento del costo de los combustibles, despidos de trabajadores y desmantelamiento de Pemex y CFE.
Miguel Barbosa señaló que los conservadores de siempre, los hombres que mal han gobernado al país, ahora son los reformadores que se presentan como apóstoles de la modernización. Son los mismos que ya fracasaron y volverán a fracasar, que siguen la regla del gatopardismo: “que todo cambie para que todo siga igual”.
Tras leer el poema de Pablo Neruda La Ley del Embudo, comentó que en todos los centros de negocios del mundo celebran que “hoy le han otorgado a Don Dinero un poder inmenso nunca antes visto (…) México ya está en venta”.
Ante el Pleno de la Cámara de Senadores, Barbosa Huerta cuestionó a los promotores de la reforma si subordinarse al poder los honra como legisladores, pues están dando libertad absoluta al Poder Ejecutivo para dilapidar el patrimonio nacional sin contrapesos democráticos, ni un compromiso real para combatir la corrupción.
Asimismo, reprochó que la izquierda haya quedado excluida del Gran Acuerdo Nacional menospreciando su contribución para la estabilidad y gobernabilidad del país, lo que ha provocado confrontación y distanciamiento.
Aseguró que el PRD nunca será dócil, ni cómplice del Poder y siempre luchará para cambiar lo que están dando como un hecho consumado.
“Con la fuerza de la sociedad, nos vemos en la Consulta. ¡México no se los perdonará!”, concluyó.