Por ello, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció una estrategia contra el sobrepeso. La idea es aplicar un impuesto y de esta forma hacer más caros los refrescos y la comida "chatarra", como las hamburguesas y las patatas fritas, pero también los helados y los chocolates.
El dinero adicional que se recaude con esto servirá para pagar programas contra el sobrepeso y colocar en las escuelas bebederos de agua potable, para que los niños tomen agua y no refrescos azucarados.
"No podemos cruzarnos de brazos", dijo Peña Nieto. "Somos una sociedad que lamentablemente padece de sobrepeso, de pocos hábitos para mantenernos sanos y sobre todo de enfermedades que son prevenibles".