"Estas modificaciones (de la nueva ley) favorecen la generación de electricidad a partir de fuentes fósiles contaminantes y caras, como el carbón y el combustóleo, a la vez que bloquean la participación y el crecimiento de proyectos competitivos de energías renovables", consideró la organización en un comunicado.
El principal cambio de la reforma planteada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, es modificar el criterio del despacho eléctrico para priorizar la energía generada en las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa del Estado.
Eso iría en detrimento de la energía generada en las centrales privadas de renovables y en las de ciclo combinado.
La iniciativa también ordenaría revisar los contratos del Gobierno con productores independientes de energía, eliminaría la obligatoriedad de las subastas eléctricas, restringiría los esquemas de autoabastecimiento y cambiaría las reglas de los Certificados de Energías Limpias (CEL) para dárselos a la CFE.
WWF advirtió que, de aprobarse esta reforma, que el Congreso decidirá en 30 días por ser de carácter preferente, "es de esperarse" que México incumpla "compromisos internacionales y normas" en materia ambiental.
Los compromisos nacionales e internacionales de México establecen una reducción de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero del 22 % al 2030 en relación a una línea base así como un 35 % de energías limpias al 2024.
La organización alertó también de que la iniciativa "resultaría en un aumento en los costos reales de producción de la electricidad, pues las fuentes fósiles son más caras en comparación con las renovables".
Estos gastos adicionales, señaló WWF, se traducirán en tarifas más altas para los consumidores finales o bien en mayores subsidios, que serán pagados con los impuestos de los mexicanos.
Ante este escenario, el fondo aseveró al Poder Legislativo que "corregir a tiempo el rumbo será agradecido por las siguientes generaciones".
Pese a todas las reacciones adversas, a las que ahora se ha sumado WWF, López Obrador defendió este lunes la conveniencia de aprobar su propuesta.
"No les gustó que envié una iniciativa de reforma al sector eléctrico porque se habían apoderado de la industria eléctrica las empresas particulares, comprando, sobornando autoridades corruptas, empresas extranjeras", manifestó.
Y añadió: "Necesitamos poner orden y acabar con la corrupción, no seguir apostando a destruir la Comisión Federal de Electricidad para dejarles el negocio a estos traficantes de influencias".