Merkel mostró su esperanza en que esta cumbre, que se celebra hasta el 12 de noviembre, acabe con metas más ambiciosas de "cómo ha empezado" y señaló que será importante también acordar mecanismos para medir los progresos de cada Estado.
"Debemos y podemos implementar el Acuerdo de París" de 2015, en el que los jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a tratar de limitar a 1.5 grados celcius el calentamiento del planeta este siglo, afirmó.
La política germana dijo que los países ricos "tienen especial responsabilidad" en liderar el recorte de gases nocivos y deben cumplir su promesa de aportar 100,000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para que combatan el cambio climático, lo que se alcanzará, "tarde", en 2023.
Merkel reafirmó el compromiso de Alemania de alcanzar un cero neto de emisiones en 2045 y rebajarlas en un 65 % sobre el nivel de la década de 1990 para 2030, así como incrementar de 4 a 6 millones de euros su aportación anual al fondo para los países pobres en 2025.
La canciller recordó que tuvo el privilegio de asistir, como ministra de Medioambiente, a la primera cumbre del clima de la ONU en 1995 y constató que esta será la última, al menos como jefa de Gobierno, puesto que dejará el cargo después de 16 años.