Esas son las líneas principales del mandato negociador de la UE pactado este lunes en Luxemburgo por los ministros del Medioambiente de los Veintisiete, que la Comisión Europea y la Presidencia española del Consejo de la UE defenderán en la conferencia climática de Naciones Unidas a partir del próximo 30 de noviembre en Dubai.
"Europa cumple. Necesitamos que los demás hagan más. Cuanto más hagamos, menos pérdidas y daños habrá", dijo en rueda de prensa la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, en representación de la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE.
Los Veintisiete también acordaron "invitar al sector del petróleo y el gas a contribuir financieramente a la transición energética", agregó Ribera, quien subrayó que la UE defiende que "no debe haber ningún combustible fósil que no cuente con un sistema de abatimiento de reducción de emisiones".
El término "abatimiento" -importado del vocablo inglés "abatement" surgido en las negociaciones climáticas y sin traducción jurídica en la normativa comunitaria- se refiere a las tecnologías para reducir las emisiones, como los sistemas de captura y almacenamiento de CO2.
Se pretende, además, que esas tecnologías se limiten a sectores industriales difíciles de descarbonizar y que el sector energético quede "libre de combustibles fósiles mucho antes de 2050, así como de esforzarse por tener un sistema global de generación eléctrica completa o predominantemente descarbonizado en la década de 2030".
Ese fue uno de los dos aspectos que resultaron más difíciles de pactar entre los Veintisiete, pese a que se trata sólo de un mandato de negociación, es decir, la postura que la UE defenderá en la conferencia climática de la ONU.
Mensaje al mundo
Otro de los grandes escollos entre los ministros comunitarios apareció en torno a la documentación que la UE tiene obligación de entregar a Naciones Unidas sobre los progresos climáticos del bloque, como suma de los planes de energía y clima de los Estados miembros.
En concreto, se discutía si debía reflejarse el objetivo legalmente vinculante del bloque comunitario de reducir emisiones en un 55 % en 2030 respecto a 1990, como hasta ahora, o si debe actualizarse al 57 %, pues es la cifra que arrojan las proyecciones de las políticas adoptadas en los últimos años.
"Eso no debería ser controvertido (...). Es una estimación. Esto no es algo que signifique que estamos reabriendo el objetivo formal. Esta es la conclusión fáctica y el resultado fáctico en caso de que implementemos cada cosa. Y eso es lo que se refleja", había dicho a su llegada a la cita Ribera.
Finalmente no se incluyó en el texto el 57 %, pero sí una referencia más vaga a ese progreso, señalando que "según las estimaciones de la Comisión, la plena aplicación del marco legislativo 'Fit for 55' podría permitir a la UE y a sus Estados miembros superar el objetivo de reducción interna neta de emisiones de gases de efecto Invernadero de la UE de al menos un 55 %".
"Sabemos que superaremos nuestro objetivo del 55 %. Es simplemente un reflejo de la realidad, que se llegará al 57 %", dijo en conferencia de prensa el nuevo comisario de Acción Climática, Wopke Hoekstra.
Financiación
Uno de los aspectos que dominarán la COP28 será la financiación de pérdidas y daños en aquellos lugares donde el cambio climático haga estragos.
Los ministros de Medioambiente de los Veintisiete acordaron que la UE llame "a todos los países a intensificar sus esfuerzos para movilizar financiación de todas las fuentes para respaldar la acción climática".
El comisario de Acción Climática subrayó la importancia de recordar "a los países desarrollados la necesidad de que todos hagan una contribución justa".
Por su parte, Ribera señaló que "uno de los asuntos más importantes siempre ha sido el poder disponer de recursos suficientes para poder desarrollar una agenda responsable" y por ello la UE subrayará en Dubai la importancia de las "transferencias y recursos públicos, pero también de los recursos privados".
Aspirar más alto
Más allá de poner de acuerdo a los Veintisiete, el verdadero desafío de la UE, que presume de liderazgo en políticas verdes, será convencer a las cerca de 200 partes que participarán en la COP28, como expresó el nuevo comisario europeo de Clima, Wopke Hoekstra.
"En realidad, para bailar el tango se necesitan 192 personas en lugar de las proverbiales dos. Por lo tanto, será muy difícil, será un ascenso empinado, pero no tenemos otra alternativa. Si no hacemos lo suficiente, el planeta estará en ebullición", resumió Hoekstra.
La UE reclamará en la COP28 un "aumento de la ambición global" para que se pueda alcanzar el objetivo de que las temperaturas a final de siglo no aumenten más de 1.5 grados Celsius respecto a los valores preindustriales.