La secuenciación del genoma de marsupiales bilbi abre nuevas vías para la conservación de las especies

Un equipo internacional de investigadores, con la participación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha secuenciado el genoma de dos especies de marsupiales bilbi, una de ellas ya extinta, lo que ha supuesto un avance en los campos de la genómica y la evolución y para la conservación de las especies.

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Fotografía de un ejemplar de bilbi mayor (Macrotis lagotis) facilitada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Emma Peel, Universidad de Sydney. EFE

El estudio ha sido liderado por la Universidad de Sidney (Australia) en colaboración con equipos de investigación de varias universidades australianas y de la Universidad de California en Santa Cruz, mientras que el único europeo ha sido el de la UAB.

Aurora Ruiz Herrera y Laia Marín Gual, investigadoras del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología del Instituto de Biotecnología y de Biomedicina (IBB) de la UAB han participado en este singular estudio, según ha informado este lunes la universidad española.

La investigación se ha centrado en el bilbi mayor (Macrotis Iagotis), marsupial también conocido como 'ninu' por la comunidad indígena australiana de Kiwirrkurra (Australia Occidental), a la que está muy vinculado, para comprender mejor la biología y desarrollar medidas de conservación más eficiente.

El bilbi mayor, tomado a menudo como el conejo de pascua australiano, es el único marsupial de su familia que aún pervive.

Este marsupial tiene grandes orejas y bolsa orientada hacia atrás, habita en el desierto australiano y tiene un valor cultural y ecológico muy significativo pero solo se encuentra en un 20 % del espacio que ocupaba inicialmente en Australia.

Su declive está reduciendo el conocimiento de este animal entre la comunidad indígena, y también las prácticas de su mantenimiento.

Las poblaciones de bilbi mayor que viven en hábitats salvajes a menudo son gestionadas por agentes rurales indígenas mientras que unos 6.000 ejemplares viven en santuarios cerrados, islas y zoológicos.

El estudio ha secuenciado el primer genoma de bilbi mayor a nivel cromosómico y también gran parte del genoma del bilbi menor, especie que se extinguió en 1931.

El genoma del primero se ha obtenido de un ejemplar que está en un zoo y el segundo, de un cráneo de un ejemplar del año 1898.

La comparación del genoma con la secuencia de ADN de múltiples individuos procedentes de diferentes regiones y hábitats "ha aportado información detallada sobre su biología única, como comprender qué les confiere su olfato singular y como sobreviven en el desierto sin beber agua", añadió la universidad española.

También ha permitido comprobar los beneficios genéticos que proporciona la mezcla de diferentes poblaciones en cautividad y salvaje.

Esta medida, que se tomó para incrementar la variabilidad genética del bilbi mayor, se ha visto que garantiza su potencial adaptativo y la supervivencia a largo plazo.

Los datos genómicos han servido, además, para desarrollar y poner a punto una innovadora herramienta basada en SNP (polimorfismos de un solo nucleótido, es decir, pequeñas variaciones en la cadena de ADN).

Esta herramienta permite comprender la distribución y el movimiento entre poblaciones del marsupial o la relación de parentesco entre ejemplares con el objetivo de dar apoyo a las comunidades indígenas en la conservación de la especie.

A diferencia de las medidas que se usaban antes, que dependían de la captura y recogida de tejido directamente de los animales, esta nueva aproximación permite analizar las variaciones genéticas de cada individuo a partir de sus excrementos, lo que facilita la recogida de muestras y reduce el coste.

Aurora Ruiz, directora del Grupo de Genómica Animal de la UAB y participante en el estudio, indicó que "la aplicación de este nuevo instrumento facilita una evaluación ecológica apropiada, tanto de las poblaciones en cautividad como de las salvajes, y un conocimiento mejor de la diversidad genética de las diversas poblaciones".

"Este avance representa un gran paso hacia la conservación efectiva del bilbi mayor y demuestra el poder de la genómica en la protección de las especies amenazadas", añadió Ruiz.