Con esta medida, la ciudad espera reducir en un 80 % las emisiones de carbono para el 2050, la contaminación por plásticos y los riesgos a la vida salvaje.
La ciudad compra cerca de 500 toneladas de plásticos de un solo uso para comidas y estima que con esta orden, que se pondrá en marcha para finales de este año, se reduzca en un 95 %.
No obstante, indicó el alcalde que la ciudad reconoce que ciertos objetos de este tipo, como las pajitas, son usadas continuamente por neoyorquinos con discapacidades que no pueden usar otros productos alternativos disponibles.
Afirmó que a estas personas se les continuará proveyendo esos productos sin costo y mediante previa solicitud y también estarán disponibles para otros propósitos como el uso médico o preparación ante emergencias.
"Las grandes compañías de petróleo han estado presionando por el plástico de un solo uso por demasiado tiempo y eso termina aquí", afirmó De Blasio.
"Ensucian nuestras playas y parques, atascan nuestras máquinas de reciclaje y contribuyen al cambio climático. Nuestras acciones hoy ayudarán a construir una ciudad más justa para los neoyorquinos", afirmó De Blasio, que hizo el anuncio durante una conferencia de prensa en un centro de reciclaje.
Como resultado de esta orden ejecutiva, la ciudad no firmará ningún nuevo contrato para adquirir estos productos, al margen de los obtenidos para mantener suficiente suministro de ciertos objetos para proveer a los que los soliciten.
De Blasio señaló que todas las agencias pertinentes deberán comenzar a reducir "inmediatamente" el uso de estos plásticos y deben además preparar un plan dentro de los próximos 120 días, que deberá ser implementado en su totalidad antes de que acabe el año.
El alcalde informó además su apoyo a proyectos de ley que considera el Ayuntamiento de la ciudad para reducir el plástico de un solo uso en establecimientos privados y que trabajará con la legislatura municipal para asegurar que esas propuestas satisfagan las necesidades de discapacitados.
De Blasio insistió que los plásticos de un solo uso son una amenaza constante a los vecindarios, las vías fluviales y el clima. Recordó que cada año la ciudad recoge más de 16,000 toneladas de estos plásticos en las residencias, que se multiplican en los establecimientos comerciales.