Así se presenta el futuro del planeta, según afirmó hoy, en una entrevista con Efe, el prestigioso ingeniero químico mexicano Mario Molina, premio Nobel de Química en 1995, quien asiste en Málaga al I Congreso de Mentes Brillantes.
Molina es uno de los 24 líderes de opinión que acuden a este foro, que se celebra hasta el sábado y en el que los ponentes exponen ideas sobre el porvenir y los grandes desafíos del mundo.
El experto mexicano, que logró el Nobel por sus investigaciones sobre la amenaza de la capa de ozono, cree que el planeta corre "cada vez un riesgo mayor", ya que no será capaz de soportar la contaminación que emiten tanto los países desarrollados, como las grandes economías emergentes, como China y la India, a menos que se recorte la emisión de los llamados "gases del efecto invernadero".
"El planeta sobrevive, la humanidad sobrevive, pero con muchísimos problemas. Si no hacemos nada en veinte años, hay una probabilidad significativa de que ocurran cambios prácticamente irreversibles en cuestión de milenios", subrayó Molina.
Se trata de "cambios que dificultarían el progreso continuo de la humanidad", según el Nobel, que auguró que la Tierra afronta "sequías, inundaciones mucho más extremas y huracanes mucho más intensos".
El calentamiento global -advirtió- puede derretir "una buena parte de la Antártida con la consecuente subida del nivel del mar. Si no hacemos nada en veinte años, podría subir varios metros con consecuencias importantísimas para la población que vive en las costas".
A fin de evitar ese problema, Molina, asesor del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en materia medioambiental, aboga por "un acuerdo internacional que realmente resolviera el problema"
"Pero sabemos -precisa- que los países, como Estados Unidos y China, todavía no están listos para tener un acuerdo definitivo".
En su opinión, ese acuerdo debería de salir de la XVI Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP16), que se celebrará entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre próximos en Cancún (México).
El Nobel no cree que vaya a producirse ese desenlace en Cacún, aunque espera que, por lo menos, se den "pasos importantes, más que nada de definir con más detalle cuál es el mecanismo para llegar a este acuerdo que tenga medidas vinculantes".
A su juicio, los líderes mundiales deberían impedir que la cumbre de Cancún sea un fracaso parecido al que ensombreció la XV Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático del pasado año en Copenhague, si bien "ahora la expectativa es mucho menor".
En ese sentido, aseveró, "Estados Unidos tiene que jugar un papel muy importante", ya que "el presidente Obama está muy comprometido a resolver el problema".
Preguntado si con Obama ha variado mucho la sensibilidad del gobierno estadounidense acerca del cambio climático, Molina responde con tono de alivio: "Sí, sobre todo porque la Administración anterior había retrasado mucho la solución de esos problemas. El cambio climático casi no se reconocía oficialmente".