El estudio “Demasiado Caluroso para Trabajar” analiza el riesgo que representa el cambio climático para personas que trabajan al aire libre y cómo podría empeorar sus condiciones si no se hace algo para frenar el impacto al medioambiente.
Cada verano aproximadamente 32 millones de trabajadores en este país laboran al aire libre, teniendo que soportar temperaturas extremas que superan los 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius), que ponen en peligro inclusive sus vidas.
Entre ellos figuran personas que laboran en la construcción o en los campos agrícolas, jardineros, reparadores de techos y repartidores, entre muchos otros, que durante la pandemia de covid-19 han sido clasificados como esenciales.
El riesgo de morir por exposición al calor excesivo de personas que laboran a la intemperie es 35 veces mayor que el de la población general.
De acuerdo con el estudio, los latinos son uno de los segmentos poblacionales que más se encuentran en peligro. Mientras que los latinos representan el 17 % del total de la población de Estados Unidos, constituyen 30 % del total de los trabajadores al aire libre, más de la mitad de ellos en trabajos como la construcción y la agricultura.
El cambio climático está impactando su vida diaria al exponerlos cada año a días de calor extremo cada vez más frecuentes e intensos. Tan solo este verano de costa a costa se reportaron temperaturas récord.
“CRUEL DISYUNTIVA”
“Los últimos siete años han sido los más calurosos que se hayan registrado. Los riesgos que corren los trabajadores, si no cuentan con protecciones adicionales, aumentará en las próximas décadas a medida que el cambio climático empeore, dejando a los más de 30 millones de trabajadores frente a la cruel disyuntiva de elegir entre su salud o sus trabajos”, dijo a Efe Rachel Licker, autora del estudio e integrante de UCS.
Estos peligrosos los conoce muy bien Eduardo Hernández, un hispano que tiene más de 20 años trabajando en la construcción en Tucson, Arizona.
Para protegerse de las intensas temperaturas que en Arizona pueden superar fácilmente los 100 grados Fahrenheit (38 C) durante el verano, Hernández utiliza camisas de manga larga, un caso protector y, sobre todo, sabe de la importancia de tomar bastante agua.
“Hoy es un día húmedo. Corre uno más riesgo porque sudas mucho; hay que hidratarse”, dijo el hispano mientras trabajaba recogiendo arena con una pala.
Para tratar de evitar el intenso calor, Hernández y los otros trabajadores que laboran en su cuadrilla tratan de iniciar su trabajo lo más temprano posible.
El mayor peligro para estos trabajadores es lo que popularmente se conoce como “golpe de calor, un trastorno ocasionado por la exposición prolongada a las altas temperaturas o por un esfuerzo físico extremo.
El “golpe de calor” pude causar mareos, aceleración del ritmo cardiaco y sudoración excesiva, y puede inclusive ser mortal.
El reporte advierte que el cambio climático causa que los días de calor extremo sean más frecuentes e intensos, por lo que la cantidad de horas y días peligrosos para laborar en exteriores aumentarán aun más, y estos trabajadores podrían verse obligados a elegir entre su salud o el sueldo.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Debido a la representación desproporcionada de afroamericanos y latinos en este tipo de trabajos, las pérdidas de ingresos económicos derivadas del cambio climático podrían exacerbar las desigualdades en las tasas de pobreza en estos segmentos de la población.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan reducir las horas de trabajo cuando las temperaturas están por arriba de 100 grados Fahrenheit (38 C).
Con base en datos de la Oficina del Censo, el reporte advierte que, dependiendo de la trayectoria de las futuras emisiones de efecto invernadero, entre 39,000 y 55,400 millones de dólares en salarios de trabajadores al aire libre estarían en peligro para medidos de este siglo debido a la reducción de horas de trabajo por las altas temperaturas.
Esto representaría un duro golpe a la economía de estas familias si se toma en cuenta que quienes laboran al aire libre en actividades como la construcción ganan en promedio 43 % menos que la fuerza laboral de Estados Unidos en su totalidad.
El análisis estima que si no se implementan cambios, los trabajadores de la construcción, de los cuales un tercio son hispanos, verán en promedio peligrar cerca de 1,900 dólares de sus ganancias anuales para mediados de siglo como resultado del cambio climático.
Las altas temperaturas son solo uno de múltiples riesgos que corren quienes trabajan en exteriores.
Salvador Reza, activista que representa a grupos de jornaleros en Phoenix, Arizona, dijo a Efe que se requieren mayores protecciones para estos trabajadores.
“Muchos de ellos son víctimas de personas que los hacen trabajar y al final no quieren pagarles sus salarios”, dijo Reza.
El reporte concluye recomendando la implementación de soluciones y legislaciones que reduzcan las emisiones netas de gases de efecto invernadero en más de 50 % para 2030.
También tratar de cumplir la meta de lograr cero emisiones netas a más tardar para 2050, así como establecer estándares nacionales que protejan la salud de los trabajadores al aire libre.