El canadiense de origen nepalí Sudharshan Gautam (de 35 años) y la india Arunima Shinha (de 25) se unieron en mayo pasado a otros escaladores con minusvalías que alcanzaron la ansiada cumbre situada a 8,848 metros, la más alta del mundo.
En 1998 el estadounidense Thomas Whittaker se convirtió en la primera persona en conquistar el Everest con una pierna artificial y dos años después su compatriota Erik Weihenmayer hizo lo propio, proclamándose el primer invidente en lograrlo.
Emulándolos, Sinha decidió escalar el Everest cuando se hallaba postrada en la cama de un hospital en 2011, mientras se recuperaba del accidente de tren en el que perdió una pierna, según narró, tras su hito, en una conferencia de prensa en Katmandú.
El día que perdió la pierna, Sinha se dirigía en tren a Nueva Delhi, donde iba a realizar una entrevista para ingresar en el cuerpo de Policía pero, paradójicamente, los malhechores contra los que iba a luchar en el futuro cortaron bruscamente su sueño.
La joven se encontraba en un vagón cuando unos ladrones aparecieron y comenzaron a reclamar a los viajeros sus pertenencias de valor, pero cuando Sinha se negó, la arrojaron a la vía, donde fue arrollada por otro tren que llegaba en dirección contraria.
Tras tomar la decisión de escalar el Everest, Sinha contactó con Bachendri Pal, la primera mujer india en conquistar el pico más alto del mundo, quien la preparó mental y físicamente para acometer el desafío.
Para la joven india alcanzar la cima ha sido "el mayor logro" de su vida, pues "cada paso era una lucha", y afirmó que en el momento de materializar la hazaña sintió un fuerte impulso de "gritar lo más alto posible".
El reto tampoco fue fácil de conseguir para el canadiense Gautam, quien durante el último tramo de la escalada tuvo que ser ayudado por su guía, Pemba Dorjee Sherpa, quien le ató a él cuando los ánimos del escalador se hallaban más bajos.
"Me dijo: 'Has conseguido llegar hasta aquí. Ahora te llevaré hasta la cima y luego te devolveré a Katmandú con vida', y eso fue lo que pasó", recordó Gautam asimismo en una rueda de prensa en la capital nepalí.
El escalador reconoció que Sherpa fue una "gran ayuda" para él y aseguró que cuando decidió escalar el Everest en 2005 solicitó que fuese él quien lo acompañase, pues tenía el récord de velocidad en llegar a la cumbre: 8 horas y 10 minutos.
"Mi logro demuestra que si lo deseas nada es imposible", afirmó Gautam, que durante el descenso fue trasladado en helicóptero desde una altura de 7,700 metros hasta Katmandú como "medida de precaución".
El lema de Gautam durante la escalada -que además había ascendido con anterioridad el pico Yala de 5,900 metros y el Ramdung de 6,000 metros para prepararse para su hito-, fue: "La discapacidad no es incapacidad".
Un lema que también hizo suyo Sinha, que sufrió un aparatoso accidente a pocos metros de completar el recorrido, pues se le desprendió su pierna artificial, y tuvo que concluir el descenso con ella colgando.
"Tenía miedo de que se me quemaran las manos si me quitaba los guantes para colocármela", argumentó la joven. (EFE)