El avión despegó esta madrugada (04.00 hora local, 09.00 GMT) desde el aeropuerto de San Luis para completar el cuarto y penúltimo trayecto que debe llevar a los impulsores del proyecto y pilotos del avión, Bernard Piccard y André Borschberg, a cruzar EE.UU. de costa a costa, es decir, desde San Francisco hasta Nueva York.
A principios de mayo, el Solar Impulse partió desde San Francisco (California) hasta Phoenix (Arizona), desde donde unas semanas más tarde volvió a despegar hasta Dallas (Texas), y de ahí voló a San Luis.
En la cuarta etapa iniciada hoy estaba previsto que el aparato recorriese de una sola vez (es decir, sin cambiar de piloto, ya que sólo una persona puede viajar a bordo) los más de 1.000 kilómetros que separan esta ciudad de la capital estadounidense, pero el mal tiempo ha impedido que así sea.
De haber mantenido los planes iniciales, las condiciones meteorológicas habrían obligado a realizar el trayecto completo en más de 24 horas, el tiempo límite que un mismo piloto puede estar manejando el aparato.
Por ello, desde la página web de Solar Impulse se informó del cambio en la planificación, por el que el avión solar aterrizará en el aeropuerto Lunken de Cincinnati alrededor de las 09.00 de la noche de hoy (01.00 GMT del sábado).
"Esta maniobra permitirá al equipo descansar, y al tiempo mejorar de cara al último tramo de la etapa", indicó Solar Impulse, que también anunció que Piccard pilotará el aeroplano mañana mismo hacia Washington, en substitución de Borschberg, al frente del vuelo de hoy.
Las nuevas previsiones son que el avión solar llegue al aeropuerto de Dulles de la capital sobre la medianoche del sábado, desde donde partirá a principios de julio hacia Nueva York para poner fin a la hazaña.
El avión solar, capaz de volar tanto de día como de noche, ya que almacena la energía que capta del Sol en sus alas, ha realizado anteriormente varios vuelos en Europa, e incluso llegó a Marruecos en un trayecto en el que hizo escala en Madrid (España), pero esta es la primera vez que sobrevuela cielo estadounidense.
Se trata de un aparato ultraligero, pesa sólo 1.600 kilos, que ha llegado a volar sin usar una sola gota de combustible durante más de 26 horas seguidas, y cuya forma recuerda a la de los primeros prototipos de avión de principios de siglo XX.