En plena campaña para las elecciones presidenciales del próximo 4 de marzo, Putin, quien cuenta con su principal granero de votos entre la tercera edad y los rusos con menos ingresos, indicó que las pensiones subirán un 7 por ciento a partir del 1 de febrero y señaló que "en el presupuesto hay dinero", según las agencias locales.
En los últimos actos electorales, Putin recalcó que, a diferencia de los países europeos afectados por los problemas de deuda, el gobierno ruso no reducirá los gastos sociales.
Entre otras medidas, Putin ha prometido un examen médico general para toda la población y precios subvencionados de los billetes de avión para los habitantes de las regiones más remotas del país.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, recomendó al gobierno ruso que ponga todo de su parte para aumentar las reservas, reducidas en gran medida por mantener en vigor los programas sociales durante la crisis.
Además, aconsejó al Kremlin que no incremente en ningún caso el gasto público, ni siquiera en vísperas de las elecciones.
En Rusia, donde hay más de 30 millones de jubilados y la esperanza de vida es de 63 años para los hombres y de 75 para las mujeres, la pensión media asciende a poco más de 6,000 rublos (200 dólares).