“En los últimos años, Nicaragua había tenido incrementos en los negocios y un flujo importante de inversiones extranjeras, debido a que presentaba condiciones de certeza jurídica”, indicó el dirigente.
Sin embargo, esa situación propicia para los negocios y el intercambio comercial “se derrumbó de la noche a la mañana, y al parecer llevará tiempo para que se resuelva la crisis y se retome la estabilidad económica”, indicó, al comentar los efectos de la situación política nicaragüense para los negocios en Centroamérica.
Apuntó el caso de los productores nicaragüenses que abastecen de materia prima a las empresas guatemaltecas, como la industria refresquera, que recibe de Nicaragua las preparaciones esenciales para las bebidas carbonatadas.
Carrasco añadió que los costos de producción se elevarían de manera significativa si dicha materia prima es importada desde Panamá o por vía marítima.
Según fuentes empresariales, sectores productivos guatemaltecos tienen inversiones en Nicaragua en rubros como el agrícola, de bienes raíces, construcción, entre otros, y empresas guatemaltecas tienen el liderazgo en el mercado nicaragüense de cemento, cerveza, alimentos y bebidas o textiles.
El ministro de Economía de Guatemala, Acisclo Valladares Urruela, dijo a su vez que no se ha medido todavía el impacto negativo de la situación en Nicaragua en el comercio bilateral, pero admitió que la situación “obstaculiza la marcha normal” del comercio entre los países centroamericanos.
En tanto, la canciller Sandra Jovel descartó un rompimiento de las relaciones diplomáticas con Nicaragua o un retiro del embajador en Managua, y precisó que la única opción que se estudia es llamar a consultas a su representante, a fin de que exponga detalles de la situación política y de derechos humanos en esa nación.
La cúpula empresarial guatemalteca solicitó la semana pasada al gobierno que retirara al embajador en Managua “como una medida de rechazo a la represión que vive Nicaragua”.