Un empleado de mantenimiento en Arizona tuvo un error con una línea de transmisión de alto voltaje en South Gila, al norte de la ciudad de Yuma.
El error inutilizó un transmisor de alto voltaje, que a su vez interrumpió el flujo al sistema de transmisión de electricidad del suroeste estadunidense.
Las subestaciones que redirigen la electricidad a los consumidores comenzaron a tener un flujo reducido y a apagarse gradualmente tanto en líneas subterráneas como superficiales.
En consecuencia, un millón y medio de hogares en los fronterizos condados de San Diego e Imperial, y en parte del condado de Orange se quedaron sin electricidad, aparte de los municipios mexicanos de Rosarito, Tijuana, Tecate y Ensenada.
Los temores crecieron entre la población porque un poco antes la Oficina de Investigaciones Federales (FBI) advirtió sobre potenciales atentados de terroristas solitarios en el marco del décimo aniversario de los ataques de septiembre de 2001.
En San Diego el alcalde Jerry Sanders ordenó ceder la escasa energía disponible para hospitales.
Los aeropuertos suspendieron operaciones, las autoridades de cada ciudad instaron a residentes a no salir de sus casas a menos que fuera completamente necesario, pues las calles permanecían sin semáforos.
Los departamentos de policía se reagruparon ante posibles emergencias mientras que la estatal Patrulla de Carreteras de California (CHP) trataba de mantener orden en carreteras.
“Todas las personas salieron de sus trabajos y escuelas al mismo tiempo por el apagón, así que las carreteras se saturaron”, explicó el oficial Brian Pennings, vocero de la CHP.
Hubo conductores que reportaron esperas de dos horas para avanzar unos siete kilómetros.
De acuerdo con un reporte de SDGE, el suministro falló también al lado mexicano de la frontera porque la red eléctrica de la península de Baja California no está ligada a México continental, sino al sur de California y al sur de Arizona.
Las autoridades suspendieron clases en todas las escuelas públicas y universidades el viernes, pero los aeropuertos, cortes, oficinas de gobierno y comercios regresaron a la normalidad por la mañana.