Compartimos el mismo ideal en favor de una Libia libre, democrática y unida”, expresaron los jefes tribales en un comunicado conjunto emitido por el escritor francés Bernard-Henri Levy y publicado en esta capital a través de su sitio web La Regle du Jeu.
La declaración fue firmada el pasado 12 de abril en la oriental ciudad libia de Bengazi y fue respaldada en un primer momento por representantes de 32 tribus, pero después contó con el apoyo de todas las tribus de Libia.
“Ante las amenazas que pesan sobre la unidad de nuestro país, ante las maniobras y la propaganda del dictador y de su familia, declaramos solemnemente que nada podrá dividirnos”, subrayaron en el comunicado divulgado también por la cadena árabe Al Arabiya.
“La Libia de mañana, una vez (que) el dictador haya partido, será una Libia unida, cuya capital será Trípoli y donde por fin seremos libres para formar una sociedad civil según nuestros deseos”, señalaron los 61 signatarios en un país donde el peso de las tribus es considerado relevante.
“Como libios, formamos una sola y única tribu: la tribu de los libios libres, en lucha contra la opresión y las malas intenciones de división”, dijeron los jefes de esas tribus, quienes agradecieron a Francia y a Europa que impidieran “la carnicería” prometida por Gadafi.
La declaración de los jefes tribales se conoce un día después de que las fuerzas leales a Gadafi atacaron el puerto de Misurata, por donde transita la ayuda humanitaria a la ciudad asediada desde hace dos meses, causando la muerte de tres refugiados e hiriendo a unos 20.
Pese al ataque contra el puerto, un portavoz del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT), Jalal al Gallal, dijo que Gadafi se ha metido en “una batalla perdida” porque los rebeldes son más numerosos, “mejor equipados, entrenados y organizados”.
El ministro británico de Defensa, Liam Fox, también aseguró que los rebeldes están ganando terreno. “Hemos visto un progreso en Misurata. Y está muy claro que el régimen está a la defensiva”, dijo Fox.
La Unión Africana (UA) llamó a través de un comunicado a cesar cualquier operación militar contra altos responsables libios, después de un bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que el 24 de abril destruyó la oficina de Gadafi en Trípoli.