Nueva York responde a las muertes de ciclistas con 400 km de carriles protegidos

La ciudad de Nueva York decidió responder al dramático aumento de las muertes de ciclistas, 25 en lo que va de año, con la aprobación de un ambicioso plan quinquenal para la construcción de 400 nuevos kilómetros protegidos de carriles para bicicletas.

"Es un verdadero hito, contar con una ley que exige muchos más carriles de bici, muchos más carriles de bus y más espacio para los peatones", dice a Efe el portavoz de la ONG "Bike New York" Jon Orcutt, frente al Ayuntamiento neoyorquino.

Junto a él, entre el a veces caótico tráfico de la metrópolis, pasan varios ciclistas por un carril bien señalizado y pintado con un verde distintivo.

Sin embargo, Orcutt, que lleva montando en bici en Nueva York desde que llegó a la Gran Manzana en los años 80, advierte de que no en toda la ciudad se puede ir en bici con la misma facilidad.

"Partes de la ciudad son (seguras), esta calle está bien, pero no todas las calles lo son. Incluso, si te mueves unas cuadras más allá puede ser difícil, así que sí, necesitamos una aproximación más sistemática" para mejorar la señalización y la infraestructura, agrega.

El plan aprobado este miércoles prevé el desarrollo de 48 kilómetros de carril protegido en el primer año desde la entrada en vigor de la ley, y otros 80 kilómetros cada año hasta completar el total de pistas reservadas al tránsito de estos vehículos de dos ruedas.

Según la oficina del presidente del Consejo municipal, Corey Johnson, patrocinador del proyecto, el presupuesto de la ciudad para este plan será de 1,700 millones de dólares para los próximos diez años.

"Vamos a revolucionar la manera en la que Nueva York comparte el espacio de las calles y nos vamos a convertir en un modelo para todas las ciudades del país y del mundo", dijo Johnson poco antes de su aprobación.

La ciudad de los rascacielos cuenta con 2,000 kilómetros de vías reservadas a bicicletas, de los cuales cerca de un 40 por ciento están protegidos.

La nueva ley también prevé la construcción de 240 kilómetros de carriles para autobuses, el rediseño de 2,000 intersecciones en la ciudad y el establecimiento de 92,000 metros cuadrados de espacio para peatones.

Para Orcutt, una de las ventajas de esta ley es que forzará a los distritos que hasta ahora no se han mostrado favorables a los carriles de bici a aplicar los nuevos planes aprobados por ley.

El pasado 2 de julio, la muerte número 15 de un ciclista en lo que iba de año hizo saltar las alarmas de los responsables políticos de la ciudad.

"Estamos siendo testigos de un peligroso aumento de muertes de ciclistas en nuestras calles y vamos a actuar", dijo entonces el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

Asimismo, el máximo responsable del ayuntamiento neoyorquino pidió al Departamento de Transporte que desarrollara un plan "para hacer que montar en bicicleta sea más seguro en la ciudad".

"Las muertes, de alguna manera, pusieron la atención en la cuestión y la hicieron más urgente, pero creo que esta ley la tendríamos de todas maneras", comenta el portavoz de "Bike New York", que, entre otras cosas, se encarga de educar y concienciar sobre el uso de la bicicleta.

Pero a pesar de los riesgos de aventurarse con la bicicleta en la jungla de asfalto neoyorquina, Orcutt anima a los visitantes de la ciudad a montarse en una bicicleta y a dar un paseo y destaca que las muertes por accidente de tráfico (conductores, peatones y ciclistas) ha caído drásticamente desde los años 90.

De Blasio introdujo en 2014 un plan para reducir las muertes en las calles, que en 2018 se situaron en 200, el número más bajo registrado en las últimas décadas.

Orcutt destaca también, en este sentido, el "gran éxito" del sistema de bicicletas compartidas en la ciudad, que "empezó (el alcalde de la ciudad Michael Bloomberg (2002-2013) y que De Blasio dobló".

Nueva York promociona el desplazamiento en bicicleta a través de una red de alquiler que cuenta con 12,000 de estos vehículos distribuidos en 750 puntos en los barrios de Manhattan, Brooklyn y Queens, además de en la vecina ciudad de Jersey.

Precisamente, tras terminar la entrevista, Orcutt se dirige a un punto de recogida de estas bicicletas y se pone en marcha, aunque lo hace sin ponerse el casco.