“Resaltamos como un hecho histórico que durante una semana partes enfrentadas durante más de 50 años se reunan con el acompañamiento de la Misión de ONU, para capacitar a 80 integrantes que liderarán el monitoreo y verificación a nivel nacional y regional”, señaló un comunicado conjunto.
Entre las mujeres y hombres “observadores internacionales de la Misión, están delegados de ocho países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC): Argentina, Bolivia, Chile, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay y Uruguay”.
La capacitación, que se extenderá hasta el próximo 6 de septiembre en Popayán (suroccidente), es realizada por instructores del gobierno colombiano, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la Misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Es un ejercicio teórico-práctico que “comprende varios aspectos del Acuerdo Final, en especial el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo, la entrega de las Armas y los protocolos que regularán la actividad del Mecanismo de Monitoreo y Verificación”.
En las sesiones de estudio y trabajo se incluye la metodología de verificación, aspectos logísticos, de seguridad, de los procedimientos operativos para las Zonas Veredales Transitorias de Normalización y los Puntos Transitorios de Normalización.
Además, la capacitación comprenderá temas de género y ejercicios prácticos para reforzar los conocimientos adquiridos.
Este primer nivel de capacitación constituye “un paso importante hacia la construcción de una paz estable y duradera”, señaló el documento oficial.
Es el inicio de la materialización de los acuerdos alcanzados en La Habana y demuestra el “firme compromiso de los integrantes del mecanismo para consolidar un proceso confiable y transparente de monitoreo y verificación, que dé plenas garantías a las comunidades y sociedad en general”.
Hace cuatro años, a finales de 2012, el gobierno colombiano y las FARC iniciaron en Cuba las históricas negociaciones para conseguir la paz y el 23 de junio pasado culminaron con un acuerdo que pondrá fin al conflicto de 52 años con el grupo guerrillero más antiguo de América Latina.