Chanel eleva la temperatura de la Alta Costura de París

Si el frío, el viento y la lluvia reinaban en el exterior con temperaturas que no superaban los siete grados, bajo las imponentes cúpulas del Grand Palais de la capital gala, Chanel ha elevado este martes la temperatura, gracias a su colección de Alta Costura.

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Tonos pasteles, que daban paso a más cálidos, el siempre presente aunque renovado tweed declinado en abrigos y vestidos, junto a combinaciones de ricos materiales como sedas y tules.

Sobre una pasarela blanca que recordaba a un scalextric, pero que desde las alturas nos remitía a dos letras 'c' entrelazadas, han desfilado esta mañana 55 looks.

Modelos que subían las pendientes de la serpenteante pasarela, para luego descenderlas, enfundadas en vestidos cortos, con propuestas que mostraban faldas de tablas o vuelo, así como conjuntos en los que el pantalón ancho tenía protagonismo.

Un juego de combinaciones de materiales que destilan el ADN de la casa Chanel, donde los bordados, las plumas y brillos han tenido destacada presencia, junto a multitud de detalles, como botones dorados y lazos negros.

Abrigos con interior lila o verde vivo, chaquetas en tweed cuyo cuello y forro desvelaba seda amarilla, roja o verde, dependiendo del modelo. Tonos que dejaban patente que estamos ante una colección pensada para las estaciones más cálidas del año.

Siguiendo por el terreno del colorido, hay que mencionar igualmente azules, el gris y, por supuesto, el oro, la estrella en el universo de la Alta Costura desde tiempos inmemoriales.

En el desfile se han visto largas colas, así como capas, junto a un guiño al universo del toreo, con un pantalón corto que recordaba al de los matadores. El modelo que ha cerrado el pase ha sido el de una novia con chaqueta corta metalizada rematada con lazo crema y acompañada de velo y larga cola transparente.

En cuanto a accesorios, ausencia de bolsos, como en el desfile de junio pasado en la Ópera Garnier, y presencia de finos cinturones negros con hebilla dorada, así como de zapatos, muchos de ellos del mismo tono del look y puntera siempre negra, de lo más característico en la “maison” que fundara la célebre Gabrielle Chanel a principios del siglo XX.

La firma francesa ha dejado en evidencia que en el terreno del lujo y el saber hacer es la más grande. Y eso con una colección creada por el estudio interno, antes de que llegue, el próximo otoño, su gran fichaje, Matthieu Blazy (1984), para ocuparse del conjunto de sus creaciones, tras la marcha de Virginie Viard en junio pasado.

No hay duda de que el desfile ha recordado a más de uno de los asistentes al emblemático Karl Lagerfeld (1933-2019), quien se encargó durante más de treinta años de las colecciones de Chanel.

Y es que la figura del alemán Lagerfeld está presente también de algún modo estos días en París con la subasta en línea organizada por Sotheby’s de sus prendas, accesorios, bocetos y otros objetos. En total son más de 250 piezas que, curiosamente, se exponen hasta el viernes muy cerca del Grand Palais, en el cuartel general de Sotheby’s en la capital francesa.