Meyer Falcón preside en nombre de su país la segunda Asamblea de ONU-Hábitat, que empezó este lunes y se clausurará este viernes en la capital keniana, una cita que calificó de "muy importante" porque "junta a los brazos operadores, que son los ministros".
Bajo el lema "Un futuro urbano sostenible a través del multilateralismo inclusivo y efectivo: alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en tiempos de crisis global", la conferencia incluye reuniones de alto nivel y encuentros ministeriales.
La Asamblea abordará la adopción de resoluciones sobre cuestiones como el acceso universal a una vivienda adecuada y asequible, la gestión digital de las "ciudades inteligentes", la adaptación de las urbes al cambio climático, la transformación de los asentamientos informales o la preservación de la biodiversidad en zonas urbanas.
"Yo creo que todas las resoluciones se van a aprobar. En términos generales son recomendaciones, no son mandatos", explicó el ministro, al subrayar la necesidad de "llevarlo a la ejecución" y advertir de que "no hay fórmula mágica".
A su juicio, "lo más importante es poder sensibilizar a los ministros y que también ONU-Hábitat entienda que tiene que buscar nuevas formas de poder trabajar en campo".
"No tiene la capacidad financiera ONU-Hábitat y tampoco creo que la debe de buscar o tener, pero sí tiene que buscar mejores mecanismos para poder asegurar que parte de su política, de sus conceptos generales, cada uno de los diferentes ministros pueda ejecutarlo en la medida de lo posible. Que no se quede en papel muerto", subrayó Meyer Falcón.
Preguntado por la aplicación práctica del multilaterismo inclusivo que promueve la ONU, el titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) señaló que "es bastante complicado" y que, en el caso mexicano, lo entiende como "un trabajo de colaboración con otras instancias gubernamentales".
Una de las resoluciones destacadas a debate en Nairobi defiende "una vivienda adecuada para todos", un tema que el ministro consideró "muy importante", si bien "cada país tiene su receta" porque no existe una "receta global".
"En el caso mexicano -explicó-, nos fuimos por una política de la autoproducción de la vivienda. No nos fuimos por el modelo anterior de otras administraciones, que era la producción masiva de la vivienda".
En México, prosiguió, hasta "el 80 por ciento del déficit habitacional se resuelve con mejoramientos o ampliaciones de las viviendas preexistentes".
El director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Ingonavit) de México, Carlos Martínez, quien acompaña al ministro en Nairobi, defendió que "la vivienda es un derecho, no una mercancía".
"El gran problema que se está planteado en la (citada) resolución es cómo atender a poblaciones no bancarizadas, que carecen de acceso a servicios financieros y que enfrentan un problema, sobre todo, de especulación de la vivienda", apuntó Martínez.
Además, el ministro destacó la importancia de la Asamblea no sólo para México, sino para Latinoamérica, donde "los retos son muy similares" ante situaciones como los "asentamientos informales" que "no están registrados en los planes de desarrollo urbano municipales".
"Generalmente -remarcó-, esa población no tiene un empleo formal (con el) que pueda pedir un crédito para poder mejorar su vivienda".
"Tenemos que seguir empujando una agenda en común de que nos tenemos que seguir reuniendo los diferentes ministros latinoamericanos", dijo Mayer Falcón, quien cree que acciones de Chile, Argentina o Colombia "se pueden replicar en otras zonas".
Como órgano de gobierno de ONU-Hábitat, agencia que tiene sede central en Nairobi, la Asamblea se reúne cada cuatro años y es el máximo organismo mundial de toma de decisiones sobre urbanización sostenible y asentamientos humanos.
Cerca de 5,000 delegados procedentes de al menos 128 de los 193 Estados miembros de la ONU participan en la conferencia, incluidos más de ochenta ministros y viceministros.
La Asamblea animará a los Estados miembros a explorar vías, en coordinación con el sistema multilateral, para conseguir un futuro urbano sostenible en tiempos de crisis globales.