Vázquez y Galeano compartieron la preferencia por la coalición de izquierdas Frente Amplio (FA) desde que se fundó, en 1971. El autor de "Las venas abiertas de América Latina" incluso apoyó la campaña presidencial de 2004 que llevó a Vázquez a su primera presidencia, un año después.
En 1986 y hasta 1989 ambos integraron la llamada Comisión Nacional Pro Referéndum que se dedicó a juntar firmas para someter a plebiscito la ley de amnistía a militares y policías que cometieron crímenes durante la última dictadura (1973-1985).
Pero no pasó inadvertido que, más de 24 horas después de la muerte de Galeano, Vázquez se haya limitado a ordenar "honores fúnebres" e invitar a los ministros, en "este momento de pérdida y tristeza", a unirse al velatorio.
Este escueto comunicado y un breve comentario del ministro de Economía, Danilo Astori, expresando a la familia sus condolencias en nombre del gobierno, fueron las únicas reacciones del Ejecutivo ante la muerte de una de las figuras más representativas e influyentes de las letras latinoamericanas.
El silencio del presidente uruguayo contrasta con las expresiones de pesar que transmitieron los mandatarios de Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, México y Cuba, ex presidentes, escritores, músicos, futbolistas y miles de personas de diversas partes del mundo a través de las redes sociales.
El quiebre en la relación tuvo su origen en el año 2007, cuando ya como presidente de Uruguay, Vázquez autorizó la instalación de una polémica planta de celulosa en las orillas del río Uruguay, limítrofe con Argentina.
En aquel momento Galeano acusó al gobierno de "traicionar la voluntad popular", ya que en un plebiscito la gente había votado a favor de considerar el agua como un bien público.
Galeano se opuso tenazmente al funcionamiento de esa planta con el argumento de que "la celulosa es devastadora" y "las plantaciones forestales industriales van a dejar sin una gota de agua" al territorio" uruguayo.
La posición de Galeano también fue criticada y hubo quienes lo tildaron de traidor porque entorpecía la primera experiencia histórica de un gobierno de izquierda.
También Galeano tuvo críticos y detractores en el terreno literario, aunque muchos expresaban sus diferencias solamente en ámbitos reservados.
Pablo Rocca, profesor de Literatura Uruguaya en la Facultad de Humanidades y Ciencias, admitió hoy que Galeano fue "el menos apreciado por sus pares y por la crítica e investigación del campo".
Otros, como el novelista y ensayista Carlos María Domínguez, ponen la mirada en "los cuentos de la primera época y el vigor y la manera de tomar la palabra en 'Las venas abiertas de América Latina'".
"Más allá de los errores que pudiera haber cometido en su juventud, era una prosa periodística muy vigorosa, eso me gustaba mucho", agregó Domínguez.
Para Hugo Achúgar, ex Director Nacional de Cultura, "a pesar de que muchos uruguayos lo despreciaron y, fuera de Uruguay, algunos ideológicamente también lo menospreciaron, era una figura que hizo historia, y no solamente en el Uruguay, sino en todo el mundo". (DPA)
