Hay un adversario político que hace una cantidad de promesas que no puede cumplir, porque no las cumplió cuando fue Gobierno, y que de forma irresponsable dice que va a cambiar la política económica en momentos en que Brasil es modelo de desarrollo, como generador de empleos con estabilidad económica", declaró Lula.
El gobernante aludía así al opositor José Serra, abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien el próximo día 31 disputará la segunda vuelta de las elecciones ante la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff.
Lula no citó en ningún momento a Serra por su nombre, pero en unas breves declaraciones a periodistas en Brasilia abundó en sus críticas y sostuvo que "nadie puede ser irresponsable porque está en medio de unas elecciones" y tampoco "puede prometer lo que luego no va a cumplir".
Visiblemente molesto, denunció que la Policía Federal investiga la supuesta existencia de una "campaña difamatoria" contra Rousseff hecha por teléfono, en la que se dicen "cosas" contra la candidata que él, en su vida política, "jamás" tuvo "coraje de decir de algún adversario", apuntó.
Según Lula, "hay un proceso de investigación para saber de dónde viene, pero es una campaña difamatoria que jamás podría ser aceptada por cualquier hombre o mujer democrática".
También le quitó hierro a diversas denuncias de la oposición en relación a supuestas irregularidades en la campaña de Rousseff.
"No se pueden tomar en serio", porque es "tal la cantidad de noticias, denuncias y acusaciones que, sinceramente, un presidente de la República no puede tomarlas en serio", insistió.
En las últimas semanas, han surgido diversas sospechas de tráfico de influencias y corrupción en el Ministerio de la Presidencia, que hasta marzo pasado ocupaba Rousseff, y que le costaron el cargo a su sucesora, Erenice Guerra, quien dimitió acorralada por denuncias.
Asimismo, la prensa aseguró hoy que personas vinculadas al comité de campaña de Rousseff participaron en la violación de las cuentas bancarias y fiscales de algunos líderes del PSDB y de una de las hijas de Serra, ocurridas a fines del año pasado.
Por otro lado, durante las últimas dos semanas, Rousseff se vio obligada a responder a rumores según los cuales se propone avanzar en favor de la legalización del aborto y del matrimonio homosexual, que le generaron virulentas críticas de sectores religiosos.
Ante esa polémica, la candidata del PT divulgó la semana pasada una carta a la ciudadanía, en la que se manifestó en "favor de la vida" y se comprometió a no alterar las leyes vigentes, que permiten el aborto sólo en casos de riesgo para la mujer y sólo contemplan la "unión civil" de los homosexuales, pero no el casamiento.
Rousseff, apadrinada por Lula, encabeza todas las encuestas de cara a las elecciones del próximo día 31, en las que se impondría a Serra con una diferencia de entre 5 y 12 puntos porcentuales, según los últimos sondeos.
En la primera vuelta de las presidenciales, celebrada el pasado día 3, la candidata del PT se impuso con un 46.9 por ciento de los votos, frente al 32.6 por ciento que alcanzó Serra.