Las negociaciones, que se celebran a nivel de asesores y viceministros, comenzaron con reuniones bilaterales y continuarán mañana con una plenaria a la que asistirá el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen.
En las consultas participan asimismo delegaciones de la oposición y del Gobierno sirio.
"Todos entendemos que la situación (en Siria) es muy alarmante. Hay que hacer todo los posible por impedir una escalada de la violencia y una nueva espiral de la confrontación armada", declaró el enviado especial de Rusia para Siria, Alexandr Lavréntiev, citado por la agencia TASS.
Agregó que en las consultas Rusia intentará conferir "cierto impulso" al arreglo del conflicto sirio, ya que "el formato de Astaná es hasta ahora el único mecanismo que permite adoptar decisiones y hallar vías para el arreglo de la crisis siria".
"Ante todo, prestaremos atención al arreglo político de la crisis siria y al seguimiento de la labor del Comité Constitucional en Ginebra", dijo Lavréntiev.
El diplomático ruso subrayó que el Comité Constitucional, que debe elaborar propuestas de enmiendas a la ley fundamental de Siria, es "el único foro internacional que puede llegar a resultados de peso" y, por tanto, "no se pueden bajar los brazos".
Recientemente, Pedersen calificó de "oportunidad perdida" la quinta reunión del Comité Constitucional, celebrada a fines de enero pasado, y que de momento "no hay un plan claro de acciones".
En las consultas de Sochi participan observadores de Jordania, Irak, la ONU, Líbano, así como una delegación de Kazajistán, país promotor del formato de Astaná.
"Invitamos también a nuestros socios estadounidenses, pero lamentablemente rechazaron la invitación. Actualmente, los estadounidenses está ocupados en sus asuntos internos y, por lo visto, aún no han definido su postura", dijo Lavréntiev.