Al inaugurar los trabajos del IV Congreso Mundial contra la Pena de Muerte en la sede europea de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, Suiza, Rodríguez Zapatero dijo que la elección de esta fecha "no es casual". Indicó que la fecha coincide con la revisión del grado de consecución de los Objetivos del Milenio y "qué mejor que llevar a 2015 la moratoria universal que nos proponemos alcanzar".
Para lograr este fin el mandatario español anunció la creación de una Comisión Internacional contra la Pena de Muerte la cual se enmarca "en la voluntad de nuestro país de contribuir a reforzar la corriente internacional existente a favor de la abolición universal".
Señaló que dicha comisión comenzará sus actividades en el segundo semestre del año y la integrarán "personalidades de alta autoridad moral y reconocido prestigio internacional de todas las regiones del mundo".
De acuerdo a Rodríguez Zapatero, la relevancia de los miembros de esta Comisión, su independencia en la toma de decisiones y su amplia representación geográfica "le conferirán una gran visibilidad en la esfera internacional".
El jefe del gobierno español mencionó que en los últimos decenios se ha consolidado un movimiento mundial de extensión de los derechos humanos cuyo fundamento "es la afirmación incondicionada del derecho a la vida y la dignidad de las personas".
Reconoció que dos terceras partes de los países miembros de Naciones Unidas (ONU) han abolido la pena de muerte en sus legislaciones o en la práctica.
"Desgraciadamente son todavía numerosos lugares donde continúa aplicándose la pena de muerte y es preciso incrementar los esfuerzos hasta conseguir su erradicación universal", agregó.
En este momento, el 93 por ciento de las ejecuciones en el mundo se llevan a cabo en China, Irán, Arabia Saudita, Estados Unidos y Pakistán.
"Nadie tiene derecho a arrebatar la vida de otro ser humano, absolutamente nadie", subrayó Rodríguez Zapatero hacia el final de su discurso y reiteró que la abolición de la pena de muerte "será el éxito de Estados que respeten hasta el último instante la vida de todos y cada uno de sus ciudadanos".
De acuerdo a fuentes de la delegación española esta última parte del discurso hace referencia al caso del disidente y prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata, quien murió en Cuba luego de 85 días en que realizó una huelga de hambre por la situación de los presos en ese país caribeño.