Las cenizas de un volcán en Islandia crean el mayor caos en la historia de la aviación

Las cenizas lanzadas al cielo por la segunda erupción en tres semanas del volcán situado bajo el glaciar de Eyjafjälla, en Islandia, han provocado el mayor caos conocido en la historia de la aviación comercial.

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Imagen facilitada por el servicio costero de Islandia tomada dese un helicóptero que muestra la nube de ceniza que expulsa el volcán Eyjafjallajokull, en Islandia. La nube de ceniza ha obligado a varios países europeos a cerrar su espacio aéreo.

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Imagen del satélite EUMETSAT de la atmósfera sobre Islandia del 15 de abril, en la que se puede ver una nube de cenizas originada tras la erupción de un volcán en Islandia. Estas cenizas han originado el cierre de numerosos aeropuertos en Europa.

El desplazamiento de la nube de cenizas, que avanza desde Islandia hacia el este por el norte y centro de Europa, hace que el colapso del cielo europeo sea prácticamente total, ya que ante la imposibilidad de que los aviones despeguen o aterricen ha sido cerrado el espacio aéreo de nueve países, y aeropuertos de otros tres más.

El problema ya ha originado, según informa desde Bruselas la Organización Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol), la suspensión del 60 por ciento de los vuelos que deberían haberse realizado en Europa en los dos últimos días.

Hasta el momento son unas 17 mil operaciones afectadas, que han dejado en tierra a más de 5 millones de pasajeros. De hecho, de los 300 vuelos transatlánticos previstos para hoy, tan sólo han podido realizar sus trayectos 120.

En España, el número de vuelos afectados alcanza a mil 120, y se corresponden a las conexiones con el Reino Unido, Irlanda, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Bélgica, Suecia, Polonia y Estonia, así como con algunos aeropuertos de Alemania, Noruega y Francia.

Las compañías españolas Iberia, Air Europa, Spanair y Vueling, han anunciado que aquellos pasajeros que no puedan realizar su viaje a causa de este problema, podrán cambiar sus billetes para otro destino o para otra fecha, e incluso, en algunos casos, se les puede devolver el dinero.

Desde Málaga, el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), Juan Ignacio Lema, ha calificado la situación de "caso insólito" y ha defendido la cancelación de los vuelos por "razones de seguridad".

Aunque no hay una cifra exacta de los costes para las compañías aéreas la suspensión de estos vuelos, fuentes del sector consideran que las pérdidas pueden llegar a los 740 millones de euros (unos 1.000 millones de dólares) si el problema continúa en los próximos dos días.

El caos que hoy vive Europa y que los expertos confían en que se solucione en un plazo de 48 horas, en función de la densidad de la nube y del viento que la desplaza a una altura entre 5 mil 500 y 11 mil metros, es superior al que se estima que se produjo en la aviación comercial con motivo del atentado de Nueva York del 11-S.

En aquella fecha hubo el cierre del espacio aéreo de Estados Unidos, pero no hubo tal problema como en que lleva viviendo Europa en los últimos dos días.

El volcán, que se encuentra bajo el glaciar de Eyjafjälla, en la parte sudoeste de Islandia, entró en erupción el 20 de marzo tras 200 años "dormido", comportándose con mayor virulencia el 14 de abril.

La nube de cenizas está formada por finas partículas de roca que son altamente abrasivas, y que según los expertos consultados por Efe pueden penetrar en las turbinas de los motores de los aviones y paralizar estos, con el riesgo que supone para el vuelo.

En la historia de la aviación hay un caso protagonizado por un avión de la compañía británica British Airways el 24 de junio de 1982, que se vio envuelto en una de estas nubes.

Un Boeing B747 que volaba por el Pacífico Sur, tuvo sus motores afectados por la nube de cenizas lanzadas por el volcán indonesio Mount Galunpjung, que se pararon en vuelo por unos minutos, consiguiendo los pilotos volverlos a encender evitando así el desastre.

Los expertos confían en que durante las próximas 48 horas se disipe la nube de cenizas y la normalidad pueda volver a los cielos europeos.