La voluntad política y las leyes son clave para una mayor cooperación entre los municipios

La voluntad política, el desarrollo de un marco jurídico y la búsqueda de la excelencia en la gestión a través de la participación civil son las claves para impulsar la cooperación intermunicipal en América Latina, según un informe presentado hoy.

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El secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, habla durante la presentación del libro "Una nueva estrategia de gobernanza local.

El documento "Una nueva estrategia de gobernanza local. La intermunicipalidad en América Latina", impulsado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y realizado por el Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH), fue presentado en Montevideo por el secretario iberoamericano Enrique Iglesias y en él se analiza "la potencialidad que tiene asociar los diversos municipios" para mejorar la "calidad de vida ciudadana".

Según Iglesias, los gobiernos municipales "tienen una gran cercanía con la gente" y en ellos existe "una relación directa entre la política y el ciudadano", y por eso la organización que dirige impulsó este estudio, que recoge experiencias de cinco países suramericanos y dos europeos en temas de cooperación intermunicipal.

"En Europa esta fue una práctica muy arraigada y se convirtió en una de las pautas esenciales de su descentralización, porque se reconstruye el territorio en una perspectiva municipal y así se mejora y se da un mayor aprovechamiento de los recursos, creando economías de escala en la región", indicó Iglesias.

Así, para fomentar esta cooperación, el primer aspecto básico a considerar es la "voluntad política" para ponerla en marcha, que también debe ir acompañada de "un marco político y constitucional" que la defienda y haga posible la cooperación.

Además, otro aspecto clave es la gobernanza, entendida como "la aplicación del factor humano, es decir, la necesidad de contar con recursos humanos calificados" para gestionar este tipo de cooperación.

El informe apunta en este sentido que es necesario promover la articulación entre "el mundo político, la sociedad civil y el sector económico" y evitar que "el mundo político controle las asociaciones civiles que estén al servicio del proyecto".

"La sociedad civil debe tomar su responsabilidad en los procesos de buena gobernanza, sin considerar que la política es algo reservado exclusivamente a los políticos. Debe tomar conciencia de su capacidad y potencial como consumidor económico y actor político cotidiano", subrayó.

Como último punto, el documento destaca la necesidad de fomentar la creación de un "círculo virtuoso" de "cohesión social y cohesión territorial", que defienda el territorio común y su medio ambiente, y permita a los ciudadanos identificarse con el mismo. (EFE)