Johnson-Sirleaf es "la más probable ganadora" del galardón por ser la primer mujer africana elegida presidenta democráticamente, por haber puesto fin al conflicto armado en Liberia y contribuir a la caída del anterior presidente, Charles Taylor, al que un tribunal internacional juzga por crímenes contra la humanidad.
Nacida en Monrovia en 1938, Johnson-Sirleaf, accedió al poder en las elecciones de noviembre de 2005, al imponerse a su principal oponente, el ex futbolista George Weah.
TV2 admitió no obstante que las conjeturas son "muchas" y nombra entre otros posibles candidatos a activistas involucrados en las revueltas contra los regímenes de varios países de África del Norte y de Oriente Medio, la denominada "Primavera Árabe".
Entre los representantes de la "Primavera Árabe" que más suenan en Oslo figuran, por Egipto, los fundadores del Movimiento 6 de Abril, Israa Abdel Fattah y Ahmed Maher, y los activistas Nora Younis y Wael Ghonim, director de "marketing" de Google para Oriente Medio y el Norte de África.
También se nombra a la "bloguera" tunecina Lina Ben Mhenni, pero en su caso y el de los egipcios, el tiempo puede jugar en su contra.
El plazo de nominaciones al Nobel se cerró el 1 de febrero, antes de que Hosni Mubarak renunciara a la presidencia en Egipto y poco después de que Zin el Abidín Ben Ali hiciera lo propio en Túnez.
Y a pesar de su caída, no está claro el futuro político de Egipto y Túnez, aunque el Comité Nobel podría conceder el premio para impulsar cambios en esos países, como ha hecho otras veces.
Como inspirador de las revueltas aparece el teórico de la no violencia estadounidense Gene Sharp y su Instituto Albert Einstein.
La solidez de los candidatos árabes también se ha visto cuestionada por unas declaraciones del secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjørn Jagland, mostrándose "sorprendido" porque los medios de su país no hayan visto lo evidente de la elección de 2011.
Las apuestas apuntan además a la presidenta de la Comisión Afgana Independiente de Derechos Humanos, Sima Samar, a o los cubanos Osvaldo Payá y Óscar Elías Biscet.
También está bien situada la opositora birmana, Aung San Suu Kyi, liberada a finales de 2010 tras varios años de arresto domiciliario, a pesar de que su elección sería una sorpresa mayúscula, ya que fue galardonada con el Nobel de la Paz en 1991.
La organización de derechos humanos Memorial y su dirigente Svetlana Gannushkina son los mejores candidatos rusos, por delante de la abogada chechena Lidia Yusúpova, la uigur Rebiya Kadeer y el activista Serguéi Kovaliov.
En las quinielas aparecen los fundadores de internet, el canal de televisión Al Yaziram, el liberiano Leymah Gbowee, el keniano Ory Okolloh, la Unión Europea (UE) y el ex canciller alemán Helmut Kohl.
El portal de Internet WikiLeaks y su fundador, Julian Assange; el arzobispo indio Thomas Menamparampil, el médico congoleño Denis Mukwege, el monje vietnamita Thich Quang Do y el activista antinuclear israelí Mordechai Vanunu son otros nombres en liza.
La Fundación Vicente Ferrer, las Abuelas de la Plaza de Mayo, la organización católica laica Comunidad de San Egidio o el director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim figuran también en la lista de nominados, que este año ha alcanzado la cifra récord de 241.