Ban Ki-moon pidió al gobierno iraquí que investigue con rapidez ese suceso y lleve a sus autores ante la justicia. A la vez, subrayó que las autoridades iraquíes tienen la responsabilidad de proteger a los residentes en ese campamento que alberga a más de dos mil exiliados iraníes.
En un comunicado, Ban reiteró que las Naciones Unidas continuarán con sus esfuerzos para facilitar una solución humanitaria a esas personas y para acelerar el proceso de reubicación.
La Misión de Asistencia de la ONU en Iraq (UNAMI) también manifestó su firme condena de ese ataque ocurrido el jueves y urgió al gobierno iraquí a proveer la seguridad necesaria a los residentes en ese campamento. También transmitió sus condolencias a las familias de las víctimas.