"La muerte de Osama bin Laden anunciada por el presidente (Barack) Obama marca un hito en la lucha común contra el terrorismo", aseguró Ban, quien recordó que "los crímenes de Al Qaeda han provocado la muerte a miles de mujeres, hombres y niños", y reiteró la condena de la ONU a "cualquier forma de terrorismo".
El máximo responsable de Naciones Unidas recordó en declaraciones a la prensa que los actos de esa organización terrorista afectaron a "muchos continentes" y reiteró así la "condena en los términos más enérgicos" por parte de la ONU del "terrorismo en todas sus formas, independientemente de su propósito".
"Naciones Unidas seguirá adelante con la lucha contra el terrorismo. La ONU continuará "liderando la campaña (contra el terrorismo) junto a los líderes mundiales", aseveró el diplomático surcoreano.
Ban indicó que el mundo se encuentra en "un día para recordar a las víctimas y sus familias, en Estados Unidos y en todo el mundo" y recordó que vivió de cerca el día de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, ya que aquella mañana de septiembre de hace diez años se encontraba en Nueva York.
Tropas estadounidenses mataron el domingo a Bin Laden en una mansión de tres plantas, valorada en un millón de dólares y ubicada no lejos de la prestigiosa academia militar de Kakul, centro de formación de los cuadros del Ejército de Pakistán.
Poco después, en una alocución desde la Casa Blanca en torno a las 23.30 hora local del domingo (03.30 GMT del lunes), el presidente Obama informó que Bin Laden murió en Pakistán en un ataque conducido por "un pequeño grupo" estadounidense, en el que, tras un intercambio de fuego, se hizo con el cuerpo del terrorista.
Fuentes de la Administración estadounidense aseguraron a medios locales que el cadáver del líder de Al Qaeda había sido arrojado al mar después de haberse comprobado su identidad, y que esta decisión respondía a las costumbres islámicas, algo que sin embargo otras voces aseguran que contradice la "sharia" (ley islámica).